Los obispos católicos de Noruega se han unido a más de 30 comunidades cristianas en ese país para emitir una declaración en apoyo de la “realidad biológica” y en contra de movimientos como la ideología de género y la “teoría queer”.

Al criticar estos movimientos, la Declaración Ecuménica sobre la “Diversidad de Género y Sexual”, emitida el martes, cita tanto “la confesión de la Biblia como la palabra de Dios” así como la “realidad biológica” del ser humano.

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En su declaración, los 31 signatarios —incluyendo el Consejo de Obispos Católicos de Noruega, la Sociedad Misionera Luterana Noruega, Foursquare Noruega y la Alianza por los Valores— señalan que sólo existen “dos sexos biológicos: masculino y femenino. El sexo de una persona se decide en el momento de la concepción”.

“La idea de que existe un género subjetivo y una ‘identidad de género’ que se elige libremente y se basa en sentimientos es el resultado de una ideología y no tiene fundamento en la biología o la ciencia”, subraya la declaración.

En los últimos años, en muchos países, las autoridades han promovido la ideología de género entre los estudiantes jóvenes. Los firmantes describen en su carta como “extremadamente problemático” que se enfrente a niños y jóvenes en el aula con la idea de que existen “niños, niñas y otros géneros”.

“Esta influencia puede llevar a la confusión, la inseguridad y a decisiones de vida destructivas para muchos niños y jóvenes”, continúa la declaración. 

Además, argumenta que “los organismos gubernamentales y las autoridades públicas abusan de su mandato y poder cuando intentan presionar a los ciudadanos y organizaciones para que se conformen con la ‘teoría queer’ en relación con el género, la sexualidad y el matrimonio”.

La declaración también rechaza la inseminación artificial y los vientres de alquiler, calificándolos como “una violación de la voluntad creativa de Dios y los derechos del niño.”

“Un ser humano es creado a partir del óvulo de una mujer y el esperma de un hombre. Ni la madre, ni el padre, ni otros miembros de la familia son prescindibles o superfluos en la vida de un niño”, precisa.

Los firmantes escriben que están “en contra del acoso y exclusión, manipulación y coacción, el hostigamiento y el odio, la marginación y violencia en todas sus formas”, pero aclaran que “no harán concesiones a expensas de las verdades bíblicas, incluso si estas verdades entran en conflicto con las directrices políticas o las tendencias sociales actuales”.

“Creemos que gran parte de lo que se conoce bajo los términos modernos de ‘diversidad de género’ y ‘diversidad sexual’ no está basado en conocimientos médicos ni en ciencia natural”, afirman. “Esta ideología de género también es incompatible con nuestra fe cristiana y nuestra comprensión de la realidad”.

La visión antropológica cristiana

En una entrevista el martes con CNA Deutsch —agencia en alemán del Grupo ACI—, el Obispo de Trondheim, Mons. Erik Varden, presidente de la Conferencia de Obispos Nórdicos, explicó que el trasfondo de la declaración está en la teología detrás de una declaración similar de 2016 sobre el matrimonio, firmada por unas tres docenas de grupos cristianos noruegos.

“Es importante mostrar que la visión antropológica cristiana, su visión de lo que es una persona, lo que significa ser mujer o hombre, es coherente con los datos empíricos. Una comprensión cristiana de la vida es eminentemente concreta”, señaló el obispo.  

“Intentar ajustar la realidad basándose en la percepción personal es un empeño arriesgado, especialmente cuando comienza a hacer promesas imposibles a los vulnerables, solitarios y heridos”, advirtió.

Los firmantes “no tienen ilusiones sobre la complejidad de la vida y las relaciones humanas”, añadió el obispo. “Queremos acompañar las situaciones complejas con compasión y creatividad”.

Mons. Varden señaló que cada vez más personas afectadas por la ideología de género están comenzando a alzar la voz. Mencionó la clínica de identidad de género Tavistock en Inglaterra, que durante años trató a niños desde los 10 años con disforia de género usando bloqueadores de la pubertad y tratamientos hormonales. El gobierno cerró la clínica en 2022 tras una revisión independiente crítica.

“Las consecuencias del caso de la clínica Tavistock en Inglaterra son un ejemplo bien conocido de cómo lidiar con estos daños; no es el único. El coro de voces que quiere ser escuchado es cada vez más fuerte. Eso es algo bueno”, sostuvo.

El obispo afirmó que los signatarios de la carta buscan “contribuir de manera constructiva”. “Nuestra declaración no es ni airada ni radical. Surge, en oración, de nuestro compromiso con nuestra nación y nuestro deseo de construirla”.

“Reafirmamos la dignidad de la vida, de cada persona, en quien queremos reconocer a una hermana, un hermano, un amigo potencial, viéndolos, tanto como sea posible, como Dios los ve, es decir, con una inmensa esperanza”, concluyó.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.