La quietud de Montegiorgio (Italia), un pueblo de 7.000 habitantes, se vio alterada por una visita especial: el Obispo de La Rioja (Argentina), Mons. Dante Braida —quien se encuentra en Roma participando del Sínodo de la Sinodalidad— llegó hasta allí para entronizar una reliquia del Beato Enrique Angelelli, en el lugar donde nació su padre, un inmigrante que llegó a Argentina en 1912.
Nacido en 1896 en Montegiorgio —a unos 250 kilómetros de Roma— Juan Angelelli llegó a Argentina con 16 años, dejando en su pueblo natal a sus tíos y primos. Su esposa, Celina Carletti, también era una inmigrante italiana, con quien formó su familia en su país de acogida.
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Mons. Braida fue invitado por el párroco de San Jorge, P. Pierluigi Ciccarè, con la ayuda de otro sacerdote, P. Mario Moriconi, quien estuvo algunos años sirviendo en Argentina, en la diócesis bonaerense de Morón, hace ya cuatro décadas.
El Obispo de La Rioja llegó al lugar acompañado por Mons. Marcos Pirán, obispo auxiliar de Holguín (Cuba), oriundo de la Diócesis de San Isidro, en Argentina.
En las crónicas de su visita, Mons. Braida señaló que desde antes de llegar al pueblo, los carteles en la ruta ya anunciaban las actividades en homenaje a Mons. Angelelli.
Entre ellas, la presentación del libro “Sólo el Evangelio”, de Anselmo Palini, el viernes 11 de octubre.
El sábado, la comunidad se congregó en un auditorio parroquial para escuchar una charla de Mons. Braida sobre la vida y misión del Beato Angelelli, su martirio y el proceso de su beatificación. Fue asistido por el seminarista venezolano José Rocco, como traductor.
En la charla, Mons. Braida hizo un paralelo entre la vida pastoral de Mons. Angelelli en épocas del Concilio Vaticano II, y el actual Sínodo de la Sinodalidad.
El Obispo de Fermo, diócesis a la que pertenece Montegiorgio, Mons. Rocco Pennacchio, también participó de la actividad y dedicó unas palabras a Mons. Angelelli, destacando el valor de su mensaje para el mundo de hoy.
El P. Enzo Nicolini, sacerdote que conoció y acompañó a Mons. Angelelli la vez que visitó Montegiorgio, compartió los recuerdos de aquel momento, subrayando la sencillez y cordialidad del beato, a quien trasladaba en moto a la casa de sus familiares.
Mons. Braida destacó que “varios familiares de Enrique participan de la vida parroquial”, tanto hijos de sus primos, primas, como sus respectivas familias. “Fue muy emotivo el encuentro y el poder contarles algo de sus familiares de Argentina. Gianfranca, una de ellas, recordaba a Monseñor Angelelli en una oportunidad que los visitó”, señaló el prelado.
El domingo, el Obispo de La Rioja celebró la Eucaristía en la parroquia, entregó a la comunidad las reliquias de Mons. Angelelli y, a la luz del Evangelio, rescató el testimonio de su vocación y fidelidad del mártir a la misión recibida.