El Papa Francisco afirmó que la mejor postura para amar al Señor es de rodillas en un videomensaje con motivo de la apertura del Año Académico de la Pontificia Facultad Teológica de Sicilia en Palermo (Italia).
En un discurso en el que instó a los miembros de este centro de estudios “a ponerse a la cabeza de los desafíos que el Mediterráneo plantea a la teología”, el Papa Francisco subrayó que se trata de “aprender el oficio de la teología como tejido de redes evangélicas de salvación” en un trabajo “paciente que intenta narrar el amor del Maestro”.
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El Pontífice explicó que “las redes se tejen y se remiendan en el suelo, a menudo de rodillas. No olvidemos que ésta es la mejor postura para amar al Señor: de rodillas”, enfatizó el Papa Francisco.
A continuación, explicó que esto significa “asumir el estilo del lavatorio de los pies y el del buen samaritano”, de tal manera que se pueden imaginar las manos de los teólogos como aquellas que “hablan del abrazo de Dios”, ofrecen ternura “que es el estilo de Dios”, que “levantan a los que han caído y los guían hacia la esperanza”.
En este punto el Papa Francisco reiteró como en otras ocasiones a lo largo de su pontificado que “que sólo una vez está permitido mirar hacia abajo a una persona: sólo para ayudarla a levantarse”.
La teología exige el testimonio hasta dar la vida
El Papa Francisco no dejó de señalar que “la teología exige e incluye el testimonio hasta el sacrificio de la vida, el don de sí mismo a través del martirio”, para recordar a continuación al Padre Pino Puglisi, a la juez Rosario Livatino y a los magistrados Paolo Borsellino y Giovanni Falcone, asesinados por la mafia local, a quienes calificó de “verdaderas cátedras de justicia” que invitan a la teología a contribuir “a la redención cultural de una zona todavía dramáticamente marcada por el azote de la mafia”.
El Pontífice señaló además que “hace falta una teología con-prometida, que se sumerja en la historia y haga brillar en ella la caridad de Cristo”, lo que en términos prácticos se ha traducido en un encargo concreto:
“Me gustaría que la Facultad iniciara procesos de investigación teológica y social sobre el perdón, en la encrucijada de la legalidad, la resistencia y la santidad. Empezar con creatividad un verdadero laboratorio teológico y social del perdón, ¡para una verdadera revolución de la justicia!”, expresó el Papa Francisco.
Por último, el Pontífice proclamó que “el Mediterráneo necesita una teología viva, que cultive plenamente su dimensión contextual, convirtiéndose en una llamada para todos” y que “desde lo alto de la cruz y de rodillas ante el prójimo, utilice palabras humildes, sobrias y radicales, para ayudar a todos a afrontar la compasión”.