El Papa Francisco nombró al sacerdote ecuatoriano Simón Bolívar Sánchez Carrión, de 52 años, como nuevo Nuncio Apostólico para Honduras, convirtiéndose en el primer ecuatoriano en ocupar este cargo diplomático, nombrándolo además arzobispo. 

El anuncio fue publicado el 15 de octubre por la Oficina de Prensa de la Santa Sede y replicado por la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) y por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), la cual, a través de una publicación en redes sociales, aseguró que se trata del “Primer Nuncio Apostólico ecuatoriano”.

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La nunciatura estaba vacante desde el 27 de julio, cuando el anterior nuncio, Mons. Gábor Pintér, fue designado Nuncio en Nueva Zelanda. Mons. Sánchez Carrión tendrá la oportunidad de iniciar su misión en el renovado edificio de la Nunciatura Apostólica en Honduras, en Tegucigalpa, la capital del país.

¿Quién es el Mons. Simón Bolívar Sánchez Carrión? 

De acuerdo a la información compartida por la Santa Sede, Mons. Sánchez Carrión nació el 24 de diciembre de 1971 en Olmedo, provincia de Loja, en el sureste de Ecuador. 

Fue ordenado sacerdote a los 23 años en la Diócesis de Loja. Más tarde, se licenció en Derecho Canónico y en 2006 ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede, sirviendo en representaciones pontificias en Trinidad y Tobago, Bolivia, Malta, Libia, Uruguay y Serbia. 

Además del español, habla italiano, portugués, inglés y francés.

Promotor de la paz, el progreso y la cooperación de los pueblos

En un comunicado, los obispos hondureños expresaron su gratitud al Papa Francisco por enviar a un nuevo representante, “a estas tierras de Centroamérica embellecidas con la nobleza y calidez de su gente, que peregrina bajo la maternal protección de la Santísima Virgen de Suyapa”.

Asimismo, expresaron su confianza  que la presencia de Mons. Sánchez Carrión como “portador de la Buena Noticia” en Honduras lo impulsará a “promover iniciativas en favor de la paz, el progreso y la cooperación entre los pueblos”.

“Es una gran misión en bien de la Iglesia; estamos seguros que, con la ayuda de Dios, la llevará a feliz término, como un alegre peregrino y un verdadero pastor. De este modo, los vínculos de unidad que existen entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares serán cada vez más firmes y eficaces”, agregan los prelados centroamericanos.

Los obispos de la CEH aseguraron su oración y su apoyo en “en la construcción del Reino de Dios, particularmente a través del testimonio de la caridad, la comunión y la promoción de la unidad de la Iglesia.”