El estado de Colorado (Estados Unidos) es el hogar de 54 “14ers” (fourteeners o catorcemiles, en español), picos de montaña que están al menos a 14.000 pies (4.267 metros) sobre el nivel del mar. La dificultad de estas cumbres va desde fácil hasta lo que muchos considerarían peligroso. Muchos habitantes de Colorado han completado al menos un 14er, pero el P. John Nepil, vicerrector y profesor de Teología en el Seminario Teológico St. John Vianney en la Arquidiócesis de Denver, es uno de los pocos que puede decir que ha alcanzado la cima de los 54 picos, no una sino dos veces.

El P. Nepil hizo su primer 14er cuando estaba en séptimo grado y lo odió. Sin embargo, poco después, “algo se despertó en mí y me enamoré, y he estado escalándolos desde entonces”, dijo en una entrevista a CNA, agencia en inglés de EWTN News.

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Cuando el P. Nepil tenía 20 años, completó los 54 14ers por primera vez. El año pasado, en la fiesta de los Ángeles de la Guarda, en la cima del Monte de la Santa Cruz, completó los 54 por segunda vez, esta vez como sacerdote y con la celebración de la Misa en la cima de cada pico.

La primera Misa que celebró sobre un 14er fue una semana después de su ordenación, en mayo de 2011. Ahora, después de 13 años, puede decir que ha celebrado la Misa en todos los 14ers del estado.

“Celebrar Misa en la cima de los 14ers es probablemente el mayor regalo y privilegio de toda mi vida”, dijo. “No creo que haya nada que haya deseado más que esto y que haya despertado más profundamente mi interior. Es sencillamente la cumbre de mi vida sacerdotal”.

“Luego, por supuesto, ser sacerdote y ser pastor y guía espiritualmente”, agregó, “ayudar a las personas a subir físicamente a las alturas y hacerlo de tal manera que los guíe a las alturas espirituales en Cristo, eso para mí es lo que ha hecho que la vida sacerdotal sea tan profundamente significativa e impactante”.

El P. John Nepil de la Arquidiócesis de Denver (izquierda) celebra la Misa en la cima del Monte Yale cerca de Buena Vista, Colorado, con el P. Sean Conroy de la Arquidiócesis de Denver. Crédito: Cortesía del Padre John Nepil.
El P. John Nepil de la Arquidiócesis de Denver (izquierda) celebra la Misa en la cima del Monte Yale cerca de Buena Vista, Colorado, con el P. Sean Conroy de la Arquidiócesis de Denver. Crédito: Cortesía del Padre John Nepil.

Otro aspecto que el P. Nepil abordó fue cómo llevar a las personas a caminatas sirve como una oportunidad para el compañerismo y la evangelización.

El P. Nepil compartió que cuando era un sacerdote recién ordenado, fue asignado como capellán en la Universidad de Colorado en Boulder. Rápidamente se dio cuenta de que había “muchos estudiantes excelentes allí, pero muchos de sus amigos no se sentían cómodos viniendo a Misa y no querían tener nada que ver con la Iglesia”.

Decidió crear un club al aire libre llamado Aquinas Alpine y comenzó a llevar a la gente a “aventuras en las montañas, y ahí es donde realmente se convirtió en una vida ministerial”, dijo.

“Simplemente pasas el rato con la gente en las montañas y todas las preguntas comienzan a surgir naturalmente y se forman las relaciones. Es un ambiente increíble para facilitar la comunión, pero también para la conversión”.

En su trabajo ahora en el seminario, el P. Nepil compartió cómo constantemente anima a los hombres a “hacer cosas difíciles juntos”.

“Nuestro mundo está construido en este momento para eliminar la incomodidad, y eso es realmente malo para nuestra humanidad”, dijo. “Como seres humanos, necesitamos vivir con intención. Necesitamos ser desafiados. Los músculos necesitan ser destruidos para poder ser reconstruidos. Es lo mismo con las relaciones: si simplemente flotamos en la superficie y vivimos cómodamente, en realidad nunca estamos creciendo y las relaciones no se están fortaleciendo”.

“Así que tenemos que ir activamente al campo y abrazar un tipo de vida preindustrial, no tecnológica, para recuperar nuestra humanidad, y cuando lo hacemos juntos, autentificamos nuestras relaciones y las profundizamos en la realidad de quiénes somos como seres creados”.

El P. John Nepil de la Arquidiócesis de Denver (izquierda) celebra la Misa en la cima del Monte Yale cerca de Buena Vista, Colorado, con el P. Sean Conroy de la Arquidiócesis de Denver. Crédito: Cortesía del P. John Nepil.
El P. John Nepil de la Arquidiócesis de Denver (izquierda) celebra la Misa en la cima del Monte Yale cerca de Buena Vista, Colorado, con el P. Sean Conroy de la Arquidiócesis de Denver. Crédito: Cortesía del P. John Nepil.

En cuanto a lo que las personas que van de excursión con él se llevan de la experiencia, dijo que espera que sea que tengan una “experiencia cualitativamente diferente de la relación”.

“A medida que las cosas se ralentizan, se cristalizan, la percepción se agudiza y eso despierta preguntas espirituales y, con suerte, comienza a formarse una visión espiritual para interpretar la realidad”, dijo. “Estamos hechos para interpretar. Las cosas tienen significado… pero sólo encontramos la verdadera felicidad y plenitud como personas cuando interpretamos el ser y las experiencias de nuestra vida como significativas, y creo que las condiciones de estar en la creación en una aventura en el campo realmente facilitan eso de una manera profunda”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.