El Obispo de la Diócesis de Getafe (España), Mons. Ginés García Beltrán, presidió este 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, la ordenación de un sacerdote y 6 diáconos; y los alentó a vivir siempre en Dios para llevarlo al corazón de los hombres y así ser luz y testimonio en medio del mundo.

Mons. García presidió, en la Basílica del Sagrado Corazón, la ordenación del P. José Luis Martín; y de los diáconos Antonio Sánchez y Enrique Sebastián, estos tres provenientes del Seminario Mayor.

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Los otros nuevos diáconos son Eryk Mazur y Sergio Jiménez, Hijos del Amor Misericordioso (HAM), y Emiliano Conturso y Andrés González, del Instituto Cristo Rey.

“Queridos hermanos, pidamos por estos hermanos nuestros que hoy se consagran al Señor en el orden de los presbíteros y de los diáconos, para que sean fieles a la llamada, y sean luz y testimonio en medio del mundo”, dijo el prelado en su homilía.

Mons. García, reflexionando sobre el evangelio en el que Jesús les dice a los discípulos que los hará pescadores de hombres, recordó: “No estáis, no estamos, aquí por casualidad. Es la mano providente de Dios la que os ha traído, y a partir de ahora lo seguirá haciendo de modo especial”.

El prelado español destacó también que “es Jesús, como siempre, quien tiene la iniciativa. Es Jesús el que se sube en la barca de Pedro, como se ha subido en nuestras vidas. Jesús toma posesión y lo único que necesita es que le digamos que sí en libertad”.

“La vocación es un don que solo puede crecer en la libertad del corazón del hombre, en ella se encuentran y se funden la libertad de Dios que llama y la del hombre que responde. Es el misterio del encuentro de dos libertades. Y desde ese momento comienza una historia –aventura- que nunca sabemos dónde nos llevará”.

“En el seguimiento siempre hay combate”

Es evidente que al decir sí a Dios “no todo está claro desde el principio, enseguida vienen los inconvenientes, las dificultades personales, las condiciones, el ‘esto no puede ser’, el ‘por qué a mí’. En el seguimiento siempre hay combate”, alertó el obispo.

Por ello, “el que lleva en el corazón encendido el fuego del amor de Dios no puede vivir en la queja ni en la excusa, no puede mirar más que a lo esencial, a aquello para lo que ha sido llamado y que da sentido a la vida”.

“La evangelización, para la que la Iglesia existe, es la misión de echar cada día las redes en el mar de este mundo, de este mundo y no del que yo imagino o del que añoro, es llevar a Cristo al corazón del hombre y de la sociedad, es impregnar de la gracia de Dios todas las cosas con sencillez, pero con convicción, y hacerlo con la certeza que Cristo es con mucho lo mejor”.

Dios al centro de la vida

“Si Dios no es tu prioridad y el centro de tu vida, no darás a Dios. El presbítero, el diácono ha de vivir en Dios y de Dios, su ministerio se ha de alimentar del trato íntimo y cotidiano con el Señor”, continuó el Obispo de Getafe.

“El hombre de hoy tiene hambre y sed de Dios; no nos engañemos, no se conformará con menos. Por eso, sed hombres de Dios”, subrayó.

Tras resaltar que la Eucaristía es lo más importante para un sacerdote y que esta debe animar también el cuidado de los más necesitados, el prelado alentó a volver los ojos a la Madre de Dios.

Mons. García pidió mirar “a Santa María, la Virgen, Madre de la Iglesia, Madre de los sacerdotes, que aquí veneramos como Santa María de los Ángeles, para que mantenga siempre vivo el ritmo de nuestra esperanza, y nos enseñe, como Ella lo hace, a llevar a los hombres a Cristo”.