El P. Van Allen Hager, sacerdote de los Misioneros de la Consolata que diariamente rezaba al lado de la entrada de un centro de abortos en Colombia, falleció ayer 10 de octubre a los 80 años de edad, dejando un legado de entrega por la vida de los no nacidos.
El sacerdote nació el 31 de marzo de 1944 en Nueva York (Estados Unidos) y llegó a Colombia hace más de 15 años.
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En este país fue alentador para los activistas provida verlo llegar a la entrada del centro de abortos Oriéntame, en la localidad bogotana de Teusaquillo, con una silla plegable, la imagen de la Virgen de Guadalupe y su rosario, listo para rezar por los niños no nacidos y conversar con cualquier mujer o pareja que estuviera pensando en abortar.
Así, el sacerdote se fue ganando la admiración y el aprecio de innumerables personas, entre ellos los voluntarios de 40 Días por la Vida, con quienes mantuvo amistad y cuya campaña de oración apoyó cada año.
Y si bien su vocación sacerdotal fue razón suficiente para pedir a Dios por las mujeres embarazadas y sus hijos, el P. Van Allen Hager tenía también una motivación personal para unirse a estas iniciativas provida.
Se trata de la historia de su abuela, quien había quedado embarazada de su padre a causa de una violación.
“Mi padre es resultado de una violación de mi abuela, que fue violada por un vecino, y ella decidió tener el bebecito en vez de abortarlo. Es mi padre”, compartió con ACI Prensa en un diálogo en marzo de 2023.
Sobre su acercamiento al movimiento provida, el sacerdote dijo que esto ocurrió cuando su abuela trabajaba en Nueva Jersey, donde un día hubo una manifestación contra el aborto cerca de su casa.
"Yo no sabía nada del movimiento provida en ese momento, pero me fui a investigar y, por la gracia de Dios, empecé en 1996 a rezar regularmente en defensa de las víctimas del aborto", afirmó.
Bogotá es una ciudad donde usualmente llueve, sin embargo, ello tampoco fue impedimento durante estos años para que el P. Van Allen Hager llegase cada mañana a la entrada del centro de abortos, y ser acompañado desde la acera de enfrente por los voluntarios de 40 Días por la Vida.
"Aquí, en este sitio —relató el sacerdote—, hemos visto varias personas que aceptan nuestro consejo para tener sus hijos, y en la última campaña hemos salvado la vida de quince bebecitos no nacidos. Y el año pasado hemos rescatado más de cien bebecitos no nacidos, por darles consejo en estos sitios".
Durante el diálogo, el P. Van Allen Hager animó a los colombianos a seguir con el reto de cambiar las decisiones judiciales "que permiten matar a los niños no nacidos". Además, invitó a todas las personas a unirse a la campaña 40 Días por la Vida.
"Apoyen nuestro trabajo de manifestar el valor de cada vida, desde la concepción hasta los últimos momentos de nuestra vida", expresó en esa ocasión el sacerdote.
Que desde el Cielo siga intercediendo por la vida
El fallecimiento del P. Van Allen Hager ha sido lamentado tanto por su congregación religiosa como por el movimiento provida en Colombia.
En un post publicado en su cuenta de Facebook, la Dirección Regional de los Misioneros de la Consolata expresó su “gran dolor y esperanza” por la partida del sacerdote estadounidense, “quien ha finalizado la misión que Jesucristo, misionero del Padre, le encomendó”.
En ese sentido, invitaron a pedir a la Virgen María y al fundador de la congregación, el sacerdote italiano José Allamano, “para que lo acompañen al encuentro con Dios Padre y que desde allá siga intercediendo en pro de la vida”.
Por su parte, desde 40 Días por la Vida-Colombia se afirma que el P. Van Allen Hager ha sido “un verdadero buen pastor, que nos ha guiado con su ejemplo de fidelidad, valentía y perseverancia, de total entrega por la causa de la vida.
“Nos unimos de corazón y en oración a los Misioneros de la Consolata, dando gracias a Dios por la vida y testimonio del Padre Van, pidiendo por su eterno descanso, para que desde el Cielo interceda por nosotros y por los bebitos por los que oró siempre con tanto amor”, manifiesta la organización provida.