Ha habido —hasta ahora— un avance notable en la segunda semana del Sínodo de la Sinodalidad, y no es precisamente el resurgimiento de la “ordenación de mujeres” y otros temas candentes que se supone no estaban en la agenda de la asamblea de este mes.
En cambio, el 7 de octubre intervino un obispo de la República Popular China: Mons. Joseph Yang Yongqiang, de la diócesis de Hangzhou. Se trata de una intervención significativa porque es la primera vez que un obispo chino toma la palabra para dirigirse a sus compañeros delegados del Sínodo.
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Mons. Yang, quien también participó en la asamblea del año pasado pero se retiró antes de la conclusión de la sesión, es uno de los dos obispos delegados de China continental designados para el sínodo por el Papa Francisco, habiendo sido el protagonista, en junio pasado, de la primera "transferencia" de diócesis bajo el acuerdo chino-vaticano.
El obispo leyó un breve discurso en chino con traducción simultánea. Fuentes del Sínodo dijeron a EWTN News que sus comentarios, que no fueron transmitidos, se centraron en tres puntos principales: la historia del catolicismo chino, el acuerdo de China con el Vaticano sobre el nombramiento de obispos y el intercambio cultural.
Según una fuente de la Secretaría de Estado del Vaticano, una delegación de la Santa Sede estuvo en Pekín en la última semana de septiembre para negociar la renovación del controvertido acuerdo, posiblemente por tres o cuatro años esta vez.
Mons. Yang, que se espera que permanezca hasta el final en la asamblea plenaria de este año, habló positivamente sobre el acuerdo provisional, diciendo que profundizará las relaciones entre la Santa Sede y su país.
También extendió una invitación a los participantes del Sínodo para que visiten China y destacó la importancia de la “sinización”, el término utilizado para referirse a los esfuerzos para garantizar que la Iglesia en China tenga un carácter distintivamente chino y alineado con los objetivos del gobierno comunista del gigante asiático.
Mientras tanto, el Obispo Norbert Pu de Chiayi, Taiwán, expresó a EWTN News que está dialogando con los obispos chinos en el sínodo.
Todo esto pone de relieve que el Sínodo de la Sinodalidad puede ser un espacio para tender puentes entre diferentes lugares y culturas. Sin embargo, esa dimensión del Sínodo puede quedar eclipsada por los intentos de reavivar la atención sobre cuestiones polémicas que se creía que habían quedado reservadas para que las abordaran los distintos grupos de estudio.
El hecho de que estas cuestiones vuelvan a presentarse de diversas formas, da testimonio de la presión que ambas partes ejercen para cambiar o reafirmar la doctrina tradicional de la Iglesia.
La cuestión de la ordenación ministerial de las mujeres surgió en una de las intervenciones de esta semana, según fuentes del Sínodo, así como durante una conferencia de prensa el 8 de octubre, donde la Hna. Mary Theresa Barron, de las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, dijo que “algunas mujeres sienten un llamado al sacerdocio o al diaconado”.
En la misma reunión informativa, el Cardenal electo Jaime Spengler, Arzobispo de Porto Alegre (Brasil), abordó el tema de prescindir de la disciplina del celibato sacerdotal en las regiones donde hay escasez de sacerdotes.
Mientras tanto, la necesidad de una mayor atención pastoral a las personas LGBTQ+ fue el tema central de un evento paralelo que tuvo lugar el mismo día, patrocinado por la asociación Outreach del P. James Martin, SJ, y la empresa jesuita America Media. Entre los asistentes estuvo el Cardenal Stephen Chow de Hong Kong.
Por último, el papel de los obispos en una Iglesia sinodal fue un tema destacado en un foro teológico abierto celebrado el 9 de octubre. Entre los participantes figuraron el Cardenal electo Roberto Repole, Arzobispo de Turín (Italia); la Hna. Gloria Liliana Franco Echeverri, ODN; el profesor Carlos Maria Galli; el profesor Gilles Routhier; y el profesor Matteo Visioli.
El panel fue muy variado. Galli, docente de la Universidad Católica Argentina, se destacó de inmediato como uno de los intérpretes más profundos del pensamiento del Papa Francisco. Subrayó la figura de los obispos en términos de “hermanos y amigos”.
La Hna. Franco Echeverri instó a los obispos a “no perder el tiempo en cuestiones burocráticas” y a no “encubrir ni enterrar nada” en caso de abusos. Routhier afirmó que el obispo es “un hermano entre hermanos”, mientras que Visioli habló del concepto de “poder”, dividido en las dimensiones de “orden” y “jurisdicción”. El primero se refiere a los actos sacramentales y el segundo a las funciones de gobierno.
¿Se incluirá alguna de estas cuestiones en el documento final del Sínodo? Eso está por verse, pero está claro que el debate continúa.