El Cardenal estadounidense Joseph William Tobin afirmó que, aunque los asuntos LGBT no se incluyen en la agenda oficial de esta última sesión del Sínodo de la Sinodalidad, “no significa que la gente no esté hablando de ellos”.

Cabe destacar que los temas controvertidos se han delegado a la competencia de 15 grupos de estudio, cuyo mandato se extiende más allá del Sínodo de este mes de octubre hasta junio de 2025.

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Durante una rueda informativa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede este 11 de octubre, el purpurado respondió a una pregunta sobre la acogida de las personas LGBTQ en la Iglesia Católica y de qué manera ha cambiado el enfoque respecto a la sesión del año pasado.

El purpurado respondió que “las preocupaciones pastorales” que rodean a estas personas “no se evidencian” con claridad en los debates de esta segunda sesión del Sínodo “como a algunos les gustaría”. Sin embargo, precisó que “esto no significa que la gente no esté hablando de ello”.

“Creo que la gente es consciente de un número de cosas, de los particulares retos y obligaciones que la comunidad LGBT nos reclama”, comentó.

Asimismo, afirmó que se deben continuar los trabajos “para no presumir de que cualquier país tiene la absoluta claridad sobre este tipo de respuesta”.

A continuación, hizo referencia a una de las reflexiones del P. Timothy Radcliffe, futuro cardenal y asistente espiritual en la asamblea sinodal que ha generado controversia en el pasado con declaraciones sobre la atracción hacia personas del mismo sexo.

El purpurado recordó el encuentro que Jesús mantuvo con una mujer (Mateo 15:27) y enfatizó que “primero Jesús la ignora, aparentemente, y le hace una respuesta que parece dura”. Sin embargo, luego “ella le explica su situación” y la respuesta de Jesús cambia.

Para el Cardenal Tobin, esto supone “un paradigma” de cómo deben sentirse las personas LGBTQ dentro de la Iglesia. Tomando como ejemplo las palabras del P. Radcliffe, enfatizó que este tipo de personas deben quedarse dentro de la comunidad eclesial ya que la respuesta de la Iglesia podría suavizarse, al igual que hizo Jesús con la mujer de las Escrituras.

Por su parte, Mons. Shane Anthony Mackinlay, designado como uno de los redactores del documento final del Sínodo, precisó que el Instrumentum Laboris sí “incluye a los marginados y los que se sienten excluidos”, entre los que el prelado citó a las personas LGBT y aquellos con un matrimonio en situación irregular.

El Arzobispo australiano también definió la declaración Fiducia supplicans aprobada por el Papa Francisco como “un paso adelante” en este aspecto.

Según Mons. Mackinlay, la declaración que permite a los sacerdotes católicos bendecir de forma “pastoral” y no ritualizada a las parejas en situación irregular y a las del mismo sexo, fue una respuesta del Papa Francisco a los temas que “ya estaban presentes en las discusiones y en el informe de síntesis del año pasado”.