Mons. Angelo Acerbi fue el primer nombre del largo listado de futuros cardenales que el Papa Francisco leyó el pasado domingo desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano.
Mientras seguía el rezo mariano del Ángelus desde la Casa Santa Marta, donde también vive el Papa Francisco, Mons. Acerbi se enteró que en apenas dos meses se convertiría en el cardenal más anciano del mundo.
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El próximo 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre impondrá la birreta cardenalicia a 21 prelados, entre ellos a este “decano” de los Nuncios que el pasado 23 de septiembre cumplió 99 años.
A su parecer, según indicó a Vatican News, el Papa Francisco “ha querido dar una señal de aprecio y reconocimiento por el servicio que tantos nuncios antiguos y nuevos y el personal de la Nunciaturas realizan en el mundo”.
En 1974, el Papa Pablo VI lo nombró pro-nuncio apostólico en Nueva Zelanda y delegado apostólico para el Océano Pacífico, siendo la primera vez en la historia que el Vaticano tenía una representación directa en estos territorios.
Dos acontecimientos marcaron sus años como diplomático de la Santa Sede. En marzo de 1974 fue enviado a España para resolver el llamado “caso Añoveros”, un conflicto generado entre el obispo de Bilbao, Mons. Antonio Añoveros, y el gobierno franquista presidido por Carlos Arias Navarro.
En 1979, San Juan Pablo II lo nombró nuncio apostólico en Colombia. En febrero del año siguiente, fue secuestrado junto a 26 personas por los guerrilleros del Movimiento 19 de Abril (M-19) durante un asalto a la embajada de República Dominicana.
Mons Acerbi, de entonces 55 años, fue liberado seis semanas más tarde y durante el tiempo que permaneció cautivo se le permitió celebrar Misa todos los días.
Es además arzobispo emérito de Zella (Yúnez) y ha sido nuncio apostólico en Hungría, Moldavia, y Países Bajos. También fue prelado de la Orden Soberana y Militar de Malta.
Para el futuro cardenal, quien recibe este nombramiento “con agradecimiento y con un poco de miedo”, la decisión del Santo Padre ha sido “bastante inesperada, también por mi edad, que es muy avanzada”.
Asimismo, señaló al medio oficial del Vaticano que ha recibido muchas felicitaciones y que apoyará al Papa Francisco “sobre todo con la oración, porque no veo de qué otra forma puedo hacerlo, dada mi avanzada edad”.