El Papa Francisco dirigió el rezo del Santo Rosario por el don de la paz en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, la tarde de este 6 de octubre. En una oración especial, el Santo Padre se dirigió a la Virgen, rogándole que silencie “el ruido de las armas que provocan la muerte”.
En las vísperas de la jornada de ayuno y oración por la paz en Tierra Santa que convocó para el lunes 7 de octubre, el Santo Padre le manifestó a la Virgen María, que en esa basílica mayor es venerada en la advocación de Salus Populi Romani ['Salud' o 'Salvación' del pueblo romano], su confianza: “Nosotros elevamos la mirada hacia ti, nos sumergimos en tus ojos y nos encomendamos a tu corazón”.
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El Pontífice pidió a la Madre de Dios que escuche “nuestro clamor”: “ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras”.
“Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad”, imploró más adelante.
El Santo Padre le pidió a Santa María que convierta “los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones”.
“Madre, Reina del santo Rosario, desata los nudos del egoísmo y disipa las nubes oscuras del mal”, añadió el Papa, que también le pidió a la Virgen que “a nosotros tus hijos llénanos con tu ternura, levántanos con tu mano bondadosa y danos tu caricia de Madre”.
Un año del ataque terrorista de Hamás contra Israel y el inicio de la guerra
El rezo del Rosario por el don de la paz, y la jornada de ayuno y oración por la paz en Tierra Santa convocada por el Santo Padre para el lunes 7 de octubre, se enmarcan en el primer año del ataque terrorista de Hamás contra Israel, que desató la guerra que sacude actualmente Medio Oriente.
Este mediodía, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa recordó precisamente este trágico aniversario y pidió que “no olvidemos que todavía hay muchos rehenes en Gaza, para los que pido la inmediata liberación".
"Desde aquel día, Oriente Medio se ha sumido en un sufrimiento cada vez más grave, con acciones militares destructivas que continúan golpeando a la población palestina”, lamentó, al tiempo que reiteró su llamado para “un alto el fuego inmediato en todos los frentes”.
"Unámonos con la fuerza del Bien contra las tramas diabólicas de la guerra", añadió.
La plegaria del Papa Francisco a la Virgen María por la paz
A continuación, el texto completo de la oración del Papa Francisco en el rezo del Santo Rosario para implorar el don de la paz, según fue difundida por Vatican News, agencia informativa oficial del Vaticano:
Oh María, Madre nuestra, estamos de nuevo aquí ante ti. Tú conoces los dolores y las fatigas que en esta hora abruman nuestro corazón. Nosotros elevamos la mirada hacia ti, nos sumergimos en tus ojos y nos encomendamos a tu corazón.
También a ti, oh Madre, la vida te reservó difíciles pruebas y humanos temores, pero fuiste valiente y audaz; confiaste todo a Dios, le respondiste con amor, te ofreciste incondicionalmente. Como intrépida Mujer de la caridad, fuiste rápidamente a ayudar a Isabel; con prontitud percibiste la necesidad de los esposos durante las bodas de Caná; con fortaleza interior en el Calvario iluminaste de esperanza pascual la noche del dolor. Por último, con ternura de Madre animaste a los discípulos temerosos en el Cenáculo y, con ellos, acogiste el don del Espíritu.
Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (Is 2,4).
Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común.
Te suplicamos, Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones.
Madre, Reina del santo Rosario, desata los nudos del egoísmo y disipa las nubes oscuras del mal. A nosotros tus hijos llénanos con tu ternura, levántanos con tu mano bondadosa y danos tu caricia de Madre, que nos hace esperar el advenimiento de una nueva humanidad donde «el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque. En el desierto habitará el derecho y la justicia morará en el vergel. La obra de la justicia será la paz» (Is 32,15-17).
Oh Madre, Salus Populi Romani, ¡ruega por nosotros!