Miles de personas acuden a sus conciertos y sus canciones alcanzan ya los primeros puestos en Spotify. Pero no sólo eso, también llegan al aforo completo en sus horas santas, las misiones de verano o los retiros espirituales. Se trata de Hakuna, el movimiento al que cada vez se unen más jóvenes que descubren que la verdadera alegría surge de seguir a Cristo.
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Cerca de 17.000 personas asistieron a su último concierto en el recinto Wizink Center de Madrid, “una verdadera fiesta” en la que jóvenes españoles y de otros países se reunieron para “cantar, bailar, emocionarnos… y por supuesto rezar juntos”.
Así lo cuenta a ACI Prensa Abel de Miguel, uno de los miembros de Hakuna Group Music, que conoció el movimiento gracias a unos amigos de Valencia. En Segovia, su ciudad, aún no ha llegado esta asociación privada de fieles.
“La presencia de Jesús y la ‘Vida’ que hay aquí es lo que me hizo saber que era mi sitio. Desde entonces hago cada semana 100 kilómetros porque quiero rezar con mi familia”, relata.
Abel, de 25 años, se refiere así a todos los jóvenes que se ha encontrado en el camino, personas “sedientas de amor y de verdad” y eso, asegura, “sólo lo da Cristo”. “Nosotros somos muy conscientes de que estamos en sus manos y queremos ser su instrumento, con la música o cómo Él quiera”, afirma.
Rocío Campos, una joven madrileña de 29 años que también forma parte del grupo de música, conoció a Hakuna en 2013, cuando estaba en la universidad. Por aquel entonces estaba “cerrada a Dios”, pero finalmente acudió a una Hora Santa.
“Lo que más me gustó fue el silencio. El volver a encontrarme con Jesús, Él y yo solos. Lo que me atrajo fue encontrarme con la persona de Jesús; conocerlo y descubrir en Dios a un padre, amigo y compañero que nunca falla fue lo que me hizo continuar”, comenta a ACI Prensa.
“Nos hablamos a través de las canciones”
Con cuatro discos a sus espaldas, Abel explica que la inspiración surge de esa “vida” que ofrece el movimiento y del “encuentro de Dios con cada uno”.
Esta música ayuda al joven cantante a vivir su fe, “expresando todo lo que llevo dentro de mi corazón y poniendo palabras a lo que vivo cada día”.
Las canciones, puntualiza Rocío, son “fruto de mucha oración”. Algunas surgen de los salmos, sus letras están inspiradas en la Palabra y basadas en experiencias de vida en Jesús, en pasajes del Evangelio o en las vidas de otros santos.
Para Rocío, a quien desde pequeña le ha encantado la música, cada concierto es “un trozo del cielo en la tierra”
“Él nos habla a través de un lenguaje concreto a cada uno de nosotros; hay gente a la que habla a través de los números, las ciencias, la lectura, la pintura, la naturaleza, etc. A mí se me comunica a través de la música y es una herramienta que también me ayuda a comunicarme con Él de vuelta. Nos hablamos a través de las canciones, es parte de la relación”, señala.
Explica también que “lo más importante a la hora de componer es dejarse hacer por Él y que la inspiración venga del Espíritu Santo”, al tiempo que aclara que el mérito es “completamente Suyo”, ya que las canciones “no dejan de ser oración personal en forma de arte que llegan a lo más profundo de la persona y eso es lo que hace que tantas almas conecten con Él y entre ellas”.
La clave de su éxito: La transformación radical tras conocer a Cristo
El Señor, para la joven, lo “transforma todo”, y esa es la clave de su éxito y el atractivo que tiene Hakuna: “La transformación radical de tu existencia tras conocerle”.
Por muy secularizado que esté el mundo, continúa Rocío, “no quita la sed de amor que todos tenemos dentro; la Verdad de Cristo es independiente a la subjetividad del hombre”.
“Hay un deseo muy fuerte que comparte el ser humano de ser amado y amar; ese deseo se va encarnando en la realidad de la vida de cada uno cuánto más le conoces y te abandonas en Él. Esa sed se ve saciada, el sentido de nuestra existencia Él lo otorga y ese es el secreto del ‘éxito’, nosotros compartimos nuestra manera de relacionarnos con Dios y se contagia”, señala.
La joven española remarca que la vida de cualquier cristiano “tiene que ser Evangelio, el anuncio de la Buena Nueva” y añade, citando a San Ignacio, que “el fuego no puede no quemar y estamos llamados a incendiar corazones”.
Actualmente, Hakuna ya está presente en más de 30 países. “Te encuentras con personas de Hispanoamérica, Corea, Australia, Canadá… a las que el Espíritu Santo llama de la misma manera que a ti, personas que aparentemente somos de culturas diferentes y que mientras el mundo quiere marcar esa diferencia, Dios rompe todas las barreras y para Él no hay fronteras”, cuenta Rocío.
Además, señala que “todos los que participamos, no solo de la vida de Hakuna sino de la Iglesia, somos personas que hemos vivido un encuentro con Jesús, y a raíz de ese encuentro descubrimos la Verdad que hay en nosotros, quién soy, a qué estoy llamado”.
“Tengo muchos amigos que han descubierto su vocación al sacerdocio, otros al matrimonio, otros a la vida consagrada, tanto en Hakuna como en otros carismas, y es muy bonito ver como el amor de Dios es tan creativo que nos llama a cada uno de un modo concreto”, afirma Rocío.