Durante la impresionante inauguración del X Congreso Eucarístico Nacional que se celebra en Corrientes, Argentina, el Cardenal Julio Terrazas Sandoval, en su calidad de Enviado papal, convocó a “reconstruir la esperanza en bien de todos los pueblos”.
El Purpurado señaló que existe en toda la región un “hambre de dignidad”; pero aclaró que este hambre “no se sacia con actos de terrorismo ni con enfrentamientos entre hermanos”; sino con la confianza en la palabra de Jesús que “marca el camino, que da seguridad, valentía y esperanza”.
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Ante la multitud que participó de la misa de apertura del Congreso en el campus de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), el Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra exhortó a “no ceder en la fe en la Eucaristía ante el desconcierto de ciertos ritualismos vacíos que privan nuestra vida y compromiso de la fuerza que brota de esta fuente de vida eterna”.
El Cardenal calificó el Congreso como una “gracia especial que no se puede dejar pasar sin empaparnos de la salvación que se nos ofrece en la Eucaristía” y recordó que los temas propuestos son una respuesta “sin ambigüedades a las aspiraciones humanas de libertad, de justicia, de verdad, de amor y de paz”.
“El lema del Congreso -‘Denles ustedes de comer’- no es una frase más o un slogan”, explicó, sino que tiene que convertirse en compromiso de la Iglesia argentina para “saciar el hambre de tantas vidas marcadas por la pobreza, la exclusión, la desorientación y las marginaciones sociales antiguas y modernas. Hay aún entre nosotros, muchísimos hermanos y hermanas que no recibieron el pan de vida”.
Por último, monseñor Terrazas Sandoval instó a “seguir viviendo esta fiesta (eucarística)”, porque “no podemos contentarnos con inaugurarla, hay que vivirla con profundidad para sacarle todo el fruto que el Señor nos tiene preparado y sabemos que El es siempre generoso en dar”.
Mons. Castagna: orar por el pueblo
Antes de la celebración eucarística que inauguró el Congreso, el Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, dio la bienvenida a los peregrinos y expresó el deseo del Episcopado de que en estos días “de adoración pública a Jesucristo, presente en el sacramento de la Eucaristía, manifestemos nuestro amor, lo reconozcamos como Señor de la historia y le roguemos por las necesidades del mundo y de nuestro pueblo”.
“Lo haremos -indicó- contemplando el rostro curtido de nuestra gente, las heridas sangrantes de nuestros pobres, el hambre de justicia de nuestros excluidos por la desocupación, el reclamo de reconciliación de nuestra sociedad y el imperioso deber de una auténtica y fraterna solidaridad”.
Fiesta eucarística
La misa inaugural del X Congreso Eucarístico se convirtió, según informó la agencia católica argentina AICA, en “una verdadera fiesta” en la que participaron más de 20 mil personas.
Poco antes de comenzar la celebración, con el altar vacío, hizo su entrada triunfal -en medio de los vítores de la gente- una réplica de la Cruz de los Milagros, símbolo de los orígenes de la provincia y cuyo original data de 1588 y se guarda en la iglesia del mismo nombre.
También ingresó una réplica de Nuestra Señora de Itatí, patrona local.
El legado papal ingresó al estadio seguido por 47 obispos y más de 600 sacerdotes, mientras un coro de 180 personas entonaba el canto de entrada.
Desde un imponente altar de ocho metros de largo adornado con flores de la tierra correntina, el vicario general de la Arquidiócesis de Corrientes, P. Pablo Sánchez, leyó la convocatoria al Congreso.
Durante la Misa, además de pedir para que los gobernantes “encuentren los valores de la fe”, se leyeron dos intenciones en ucranio y en guaraní, dos comunidades muy presentes en la provincia.
La misa concluyó con la entonación del himno del Congreso, para dar paso luego a un festival folclórico.
La segunda jornada
La jornada de este jueves, que tiene como tema central “La Eucaristía nos reconcilia”, se inició con el rezo de Laudes y continuó con el trabajo en grupos temáticos.
Asimismo, se realizó un encuentro ecuménico e interreligioso en la catedral Nuestra Señora del Rosario, del que participaron representantes de distintos credos.
También hubo una Misa en rito bizantino en la parroquia Santísima Cruz de los Milagros, una celebración eucarística cantada en ucraniano en San Francisco Solano, y otra en rito maronita presidida por el obispo-eparca, monseñor Charbel Merhi.