El Papa Francisco ha expresado a través de un telegrama sus condolencias por el fallecimiento el pasado sábado del Arzobispo emérito de Luanda (Angola), el Cardenal Alexandre do Nascimento, el más anciano del mundo, a los 99 años.
Según señala el sitio web Catholic-Hierarchy, especializado en los obispos del mundo, el purpurado era el más longevo del planeta, puesto que ocupa ahora el cardenal argentino Estanislao Karlic.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En el texto remitido al actual arzobispo, Mons. Filomeno do Nascimento Vieira Dias, el Pontífice ha expresado “la comunión de mis oraciones, para que a nadie le falte el consuelo de la resurrección” al conocerse el fallecimiento de quien fuera secretario general de Cáritas Internacional.
El Papa Francisco rememora “los cuidados dispensados por el querido Dom Alexandre a su rebaño en tiempos revueltos y difíciles, habiendo sido para todos expresión del rostro misericordioso de Jesús, el buen samaritano de la humanidad”.
“La fe en cristo y la esperanza en la vida eterna hicieron de él un hombre valiente y libre, capaz de orientar sus pasos en favor del bien común, e incluso colaboró con esta sede apostólica en su celo en favor de los más pobres y necesitados, guiando la dirección de Cáritas Internacional”, reseña el texto del telegrama.
El Papa Francisco, agradecido a Dios “por todo lo que el Señor ha realizado en él y a través de él”, ha suplicado al Creador “que rodee a este fiel siervo suyo con la luz de la misericordia y le abra las puertas de la vida”.
Según detalla Vatican News, el Cardenal Alexandre do Nascimento fue secuestrado el 15 de octubre de 1982 por un grupo de hombres armados en el curso de una visita pastoral y no fue liberado hasta el 16 de noviembre.
El Papa San Juan Pablo II pidió su liberación tras el rezo del ángelus el domingo 31 de octubre de ese año.
Tres meses después de su liberación, en febrero de 1983, el Pontífice polaco incluyó al entonces Obispo de Malanje, su diócesis natal, en la nómina de nuevos cardenales a los que impuso el birrete.
En 1984, predicó los ejercicios espirituales de Cuaresma en el Vaticano, a los que asistió San Juan Pablo II. Dos años más tarde, le confió la Archidiócesis de Luanda, porción del pueblo de Dios que gobernó hasta el año 2001.