Al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Guatemala, Juan Gavarrete Soberón, el Papa Juan Pablo II animó a la nación centroamericana a completar el largo y difícil proceso de reconciliación nacional, y elogió la política de defensa de la vida, consagrada por la constitución.
El Papa Pontífice recordó al inició de su discurso las tres visitas realizadas a Guatemala, en 1983 y 1996, “cuando aún persistía un doloroso conflicto armado interno, que provocó tantas muertes” y en 2002, “firmado ya el Acuerdo de paz”, cuando, dijo, “canonicé entonces al Hermano Pedro de San José de Betancurt”.
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“En los mensajes que dejé en dichas visitas –afirmó- quise expresar mi afecto hacia el querido pueblo guatemalteco, pero también mis preocupaciones ante los problemas humanos y sociales que se vivían. Me complace constatar que la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su ocaso natural, está constitucionalmente reconocida en su Nación, y eso es un timbre de honor para Guatemala. En éste, como en otros campos, cuando la legislación civil asume los principios del derecho natural se camina hacia la paz y el progreso de los pueblos”.
En respuesta “al deseo de su gobierno por combatir la corrupción en todas sus formas”, continuó el Santo Padre, “la transparencia y honradez en la gestión pública favorecen un clima de credibilidad y confianza de los ciudadanos en sus autoridades y sientan las bases para un desarrollo conveniente y justo”.
“Por desgracia, aunque terminó el conflicto interno armado, Guatemala no puede ignorar la violencia que ha acosado a muchas personas”. En este contexto, recordó al Obispo Juan Gerardi, asesinado en 1998, “cuyo caso no ha sido aún completamente esclarecido, así como el de varios sacerdotes y catequistas. No se han de ahorrar esfuerzos para alcanzar la paz social en el País y la reconciliación entre todos los ciudadanos”.
El desafío de la pobreza
Refiriéndose luego al problema de la pobreza, el Papa Juan Pablo II destacó que “el esfuerzo por atender las necesidades de los más desheredados debe considerarse una prioridad fundamental. Me complace que su gobierno lo tenga como un objetivo al que dedicar esfuerzos y recursos. Entre los que sufren esa lacra social muchos pertenecen a las poblaciones indígenas”.
“Las aceleradas transformaciones de la economía internacional y los descensos en el precio de los productos agrícolas han colocado a muchos de ellos en una situación difícil. La Iglesia, madre y maestra fiel a su misión, acompaña de cerca a tantas familias campesinas que viven hoy las consecuencias de esta crisis”, añadió.
El Santo Padre concluyó su discurso pronunciando “una palabra de cercanía y aliento a la numerosa comunidad guatemalteca que vive como emigrante en otros países, principalmente en Norteamérica”; a quien animó a “conservar y acrecentar los ricos valores culturales y religiosos que forman parte del bagaje con el que un día partieron, y desde su situación actual han de sentirse comprometidos a aportar soluciones para el País que les vio nacer y que hoy les sigue considerando sus hijos a pesar de la distancia y del tiempo”.
http://www.aciprensa.com/Docum/guatemala05.htm http://www.aciprensa.com/Docum/guatemala05.zip