La vida de John Morrill ha sido, y sigue siendo, una de esas historias de amor y fe que alegran los corazones. Este hombre de 78 años, viudo, padre de cuatro hijas y catedrático de la famosa Universidad de Cambridge en Inglaterra, acaba de ser ordenado sacerdote y con ello, una nueva misión se abre con esperanza ante sus ojos y los de sus fieles, a muchos de los cuales ya servía desde hacía algún tiempo como diácono.
La Misa de ordenación sacerdotal del P. John Morrill se celebró el 21 de septiembre en la Catedral de Saint John en Norwich, y fue presidida por el Obispo de East Anglia, Mons. Peter Collins, a la que acudieron unas 250 personas, entre ellas las cuatro hijas del nuevo presbítero: Rachel, Ruth, Naomi y Claire.
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“Este hombre ha escuchado la voz del llamado de Dios en muchas ocasiones, un hombre que ha respondido voluntaria y generosamente al llamado de Jesús durante toda su vida”, señaló en su homilía Mons. Collins, según informa el sitio web de la diócesis de East Anglia.
El nuevo sacerdote y Oliver Cromwell
Tras recordar que el nuevo sacerdote “tiene una reputación académica global” con “torres de libros” y “cascadas de ensayos”, el prelado resaltó lo sorprendente que le resultaba que “el más reconocido académico cromwelliano esté por ser ordenado católico”.
El P. Morrill es autor del libro Oliver Cromwell: The brave, bad man of British history (Oliver Cromwell, el hombre valiente y malo de la historia británica), una detallada biografía de una de las figuras más importantes de la historia británica. En este libro se rebate la idea de que Cromwell fuera de izquierda y se explica que en realidad “era un producto de sus ideas religiosas. Y en esto, afirma Morrill, Cromwell era completamente sincero”.
Para el estudioso, Cromwell (1599-1658) “nunca dudó de que estaba haciendo la voluntad de Dios, lo que incluyó asesinar a más de 3.000 personas, entre ellas clérigos católicos, después del Sitio de Drogheda, ordenar que mataran a los religiosos en el acto y firmar la orden de ejecución de Carlos I”.
La esposa de John: guía hacia la fe católica
En su homilía, el Obispo de East Anglia recordó además cómo el P. Morrill, cuando estuvo casado, “amó mucho y fue muy amado. Fue su esposa Frances quien te guió en el camino hacia la fe católica”.
En sus palabras a los fieles que lo acompañaron, el P. Morrill dijo: “Debo mucho a estar aquí hoy, aparte de Dios mismo y el Espíritu Santo, a la gente de la Iglesia, y debo decir iglesias, porque mi vida ecuménica es muy rica y muy importante para mí”.
“Dios es un dios de sorpresas y el desafío de la ordenación fue durante mucho tiempo no sólo un asunto de la cabeza y no del corazón, hasta los últimos tres años. Dios tiene los codos afilados y puedes resistir, pero sabes que cava profundo hasta tu parte más profunda”, continuó el nuevo sacerdote.
El nuevo sacerdote, que ha servido en la Diócesis de East Anglia como director diocesano de las peregrinaciones a Lourdes, encargado de la comisión de evangelización y director asistente de la formación diaconal, también agradeció al P. Alban McCoy “quien ha sido un mentor maravilloso los últimos 18 meses”.
La historia del P. John Morrill, sacerdote converso del anglicanismo
La Diócesis de East Anglia relata que John nació hace 78 años y creció en una parroquia anglicana en Hale, Cheshire, donde fue confirmado y recibió la primera comunión a los 16 años.
Luego de ingresar a estudiar a la Universidad de Oxford en 1968, y todavía practicante de la fe cristiana, comenzó un periodo marcado de “agnosticismo angustiado”, diciendo que “estaba paradójicamente molesto con Dios por no existir”.
En 1997 falleció el P. Geoffrey Preston, el sacerdote dominico que lo casó con Frances. En la Misa de exequias todo cambió y John reconoció que estando en compañía del presbítero “estaba con Dios, pero pensaba demasiado y abría mi corazón muy poco”.
Medio año después, el 8 de diciembre de 1977, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, John fue recibido en la plena comunión de la Iglesia Católica, en el templo del St Edmund’s College, en Cambridge.
Durante los siguientes 15 años se involucró en la vida parroquial local y comenzó a trabajar como catedrático en la famosa Universidad de Cambridge. Por su servicio a los alumnos y con su ayuda para llevar la Comunión a algunas casas, comenzó a percibir “un nuevo llamado”, esta vez al diaconado.
En 1992, una conversación con el obispo Tony Rogers fortaleció este llamado y comenzó su formación que duró tres años, siendo finalmente ordenado en 1996.
“No tenía idea de lo que significaría ser diácono ni tampoco cómo tendría tiempo para el servicio así como para ser un buen esposo, padre de cuatro hijas y un académico”, relató el sacerdote, tras 28 años de servicio, 15 de los cuales los dedicó también a formar diáconos en un seminario.
En 2007 su esposa Frances falleció. Tiempo después, el obispo Michael Evans lo animó a considerar el sacerdocio, pero no fue sino hasta que celebró sus bodas de plata como diácono, luego de cumplir 75 años, cuando comenzó a pensar en el retiro, lo que le sirvió para descubrir su llamado para ser sacerdote de Jesucristo.
Como reflexión final, el P. Morrill comparte: “Haberme llamado luego de la edad de jubilación obligatoria de 75 años (tengo 78) sugiere que Dios tiene sentido del humor y que ciertamente piensa fuera de la caja”.
¿Hay sacerdotes católicos que tienen hijos?
Sí, un hombre viudo, cuyos hijos ya pueden valerse por sí mismos, puede ser sacerdote católico, como en el caso del P. Morrill. En las iglesias orientales, en plena comunión con Roma, también es posible, incluso si los hijos son pequeños.
En el caso de los conversos al anglicanismo, están los sacerdotes que pertenecen a algún ordinariato como el de Nuestra Señora de Walsingham en Inglaterra.
Este y otros ordinariatos fueron creados durante el pontificado del Papa Benedicto XVI, que en 2009 publicó la constitución apostólica Anglicanorum coetibus que establece el modo en que los anglicanos pueden ingresar a la plena comunión de la Iglesia Católica.
Una de las características de los ordinariatos, que tienen una estructura similar a la de una diócesis, es que conservan elementos y tradiciones de la Iglesia Anglicana.