Podemos aprender mucho de la vida de Richard “Dick” Ruth, un autoproclamado “débil evangelizador de Jesucristo”.
Aunque Richard “Dick” Ruth murió el 20 de agosto, después de un siglo de vida, su obituario ha estado en los corazones y las mentes de innumerables católicos.
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Escrito por él mismo, fue un trabajo en progreso durante la última parte de su vida, mientras trabajaba para hacerlo más perfecto: encarnando su ingenio y humor, su devoción a Dios y a los no nacidos, su amor por los amigos y la familia.
Dick comienza señalando una verdad que muchos tardan en descubrir:
“El alma de Dick no fue disparada directamente al Cielo como la de todos los demás, sino que hizo un desvío al Purgatorio, donde permanecerá hasta que esté lo suficientemente purificado para presentarse ante su Creador totalmente perfecto”, escribió.
Al no haber tenido la oportunidad de conocer a esta adorable alma que ejemplificó tanto amor por los demás en un obituario que ahora se hizo viral, uno solo puede suponer al leerlo que tenía muchos amigos. El matrimonio llegó mucho más tarde en la vida de Dick, quien pasó su 65 cumpleaños celebrando su boda con su esposa Dorothy, a quien admiraba por muchas razones, entre ellas:
“Dick tenía mucho respeto por sí mismo después de darse cuenta de que su esposa Dorothy había esperado 50 años a que apareciera ese hombre perfecto y se conformó con él”, compartió.
Dick, “que se vio influenciado por las tumbas bien cuidadas que vio en los cementerios de Alemania”, dedicó gran parte de su tiempo a una obra de misericordia corporal a la que los católicos dedican todo el mes de noviembre: rezar por los muertos. Trabajando con tierra alrededor de las lápidas de sus seres queridos enterrados, “se esforzó durante años para mantener las tumbas de sus amados muertos bien adornadas con tulipanes en primavera y flores de verano durante el resto de la temporada de crecimiento”.
Se habla poco de lo que hacía este residente de Johnstown, Pensilvania (Estados Unidos), para ganarse la vida, pero sí lamenta el hecho de que "fracasó miserablemente en su sueño juvenil de llenar los zapatos de béisbol de su 'tío' Babe Ruth".
El hombre que vivió hasta los 100 años sabía bien que las cosas materiales no importan, y optó por conducir “grandes coches usados hasta que finalmente se descompuso y compró uno nuevo”. Era “famoso por su austeridad alemana (o si se prefiere, su avaricia teutónica). No por el dinero que atesoraba, sino por las cosas que ahorraba”.
En lugar de eso, donó su dinero a cosas importantes, incluida su Iglesia.
“En realidad, Dick era uno de los pocos católicos que colaboraba con el diezmo y, en años posteriores, a veces lo ofrecía dos veces”, indicó.
Cuando no estaba cuidando los verdes jardines del cementerio, trabajaba en la viña con la esperanza de acercar a otros a Jesús. Dick se describe a sí mismo como un “autoproclamado defensor de la fe”.
“Fiel y activo miembro del Movimiento de Cursillos de Cristiandad desde 1976. Auxiliar de la Legión de María. Firme opositor al aborto y a la pornografía”, se describió.
Tenía una aversión tan ardiente al sexo y a la violencia que apenas veía televisión. En un vídeo familiar publicado junto a su obituario, solo encendió el televisor para rezar el Rosario con nuestra querida fundadora, la Madre Angélica, en EWTN.
También estaba estrictamente en contra del tabaquismo y “se apresuró a señalar que vivió más que muchos de sus contemporáneos fumadores”.
Su amor por la vida y por los no nacidos realmente tomó forma en 1979, cuando cofundó y se convirtió en un “miembro fiel del grupo de oración provida de San Benito”. También menciona que era un “miembro inactivo y con credencial de los Caballeros de Colón, como tantos otros de sus hermanos Caballeros”.
Dick, que se autodenominaba “un débil evangelizador de Jesucristo”, también sentía un verdadero amor por la música espiritual, siendo “un fiel miembro del Coro de San Benito desde 1959 hasta 1995, cuando se hizo demasiado viejo para ‘dar la talla’”.
“Es muy conocido por su sentida interpretación de 'Danny Boy', que planea cantar en su propio funeral, a pesar de que su voz se ha deteriorado. Se considera uno de los 20 mejores cantantes de la parroquia de San Benito, una opinión que casi nadie comparte”, afirmó.
En una época en la que a menudo se pasa por alto a los ancianos, “Dick era una persona excéntrica y contracultural. No le interesaba lo que interesaba a la cultura”, una sabiduría muy oportuna en estos tiempos en los que se libran muchas guerras contra la familia, Dios y nuestras muchas libertades fundamentales, incluida la libertad de expresión.
Y en una era digital extremadamente tóxica, donde los rostros miran hacia abajo, a un dispositivo, en lugar de captar la atención de un transeúnte, Dick estaba más interesado en conocer a otras personas y ser caritativo. En un video de homenaje a su familia, comentó sobre el triste hecho de que “ya nadie se detiene a hablar”.
Dick tenía, por encima de todo, un interés principal: “Jesucristo, la Iglesia Católica (a pesar de sus muchas deficiencias) y las Sagradas Escrituras”. También sentía una auténtica pasión por la poesía y los salmos, que recitaba y se los sabía de memoria.
Un verdadero caballero católico, Dick dejó humor en los corazones de sus seres queridos con su obituario, incluyendo estas divertidas palabras:
“Aquellos que vean mis restos mortales, sepan esto: en realidad no era tan apuesto cuando estaba vivo. Esto demuestra que Bill Harris y su equipo saben cómo hacer un bolso de seda con una oreja de cerdo”, bromeó.
Mientras su familia y amigos se reúnen este fin de semana para enterrar a este querido hombre que ha dejado una huella en miles de personas, tengamos a Dick presente en nuestros pensamientos y oraciones. Tal vez podamos ofrecer un Rosario por él y, al más puro estilo de Dick, tal vez rezarlo junto a la Madre Angélica.
Que todos podamos llevar su espíritu a medida que avanzamos hacia el otoño, recordando a los muertos en el Mes de los Fieles Difuntos. Y que podamos encontrar tiempo para visitar a nuestros seres queridos y dejar flores florecientes, pisadas frescas en el césped y ofrecer oraciones y canciones en lo alto del cielo, donde todos los ángeles y santos se alegran por una vida bien vivida.
El querido Dick será enterrado en el mausoleo del cementerio de San José “bajo el mosaico de San José, el santo patrono de una muerte feliz, y bajo cuya atenta protección reposarán sus restos hasta el día del juicio final”.
“En lugar de flores, Dick pide que todos sus amigos fumadores (aunque sean pocos) dejen de fumar durante un día en su memoria”, concluyó.
Que descanse en paz eterna.
Nota del editor: Este artículo es una traducción de una publicación en el blog de Alyssa Murphy, editora en jefe de activos digitales del National Catholic Register. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.