Refiriéndose al viaje que el Papa Francisco emprendió a Luxemburgo y Bélgica, el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, aseguró en una entrevista con Vatican News que es “una valiosa ocasión para que Europa redescubra sus valores fundacionales”.
“En Europa se ha perdido un poco la memoria de los inmensos desastres del pasado y, por tanto, aumenta el riesgo de volver a caer en los trágicos errores del pasado”, manifestó el Secretario de Estado.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Cardenal Parolin mencionó también uno de los más grandes hitos de la historia reciente de Europa: el fin de la II Guerra Mundial en 1945. En aquel entonces, los ciudadanos del Viejo Continente “estaban lanzados hacia el futuro, que sólo podían imaginar como mejor que el pasado”. señaló.
“Hoy parecen pensar en el futuro como algo desconocido o incluso peor que el pasado reciente”, sentenció. El purpurado considera que esta manera de concebir la realidad “difunde un clima de resignación donde no habita la esperanza”. En ese sentido comentó que el Papa Francisco “es un peregrino de la esperanza”.
“Quiere que Europa redescubra las razones de su construcción, para que sepa afrontar con clarividencia y solidaridad todos los problemas, incluidos los económicos o migratorios, redescubriendo el valor de abrirse al futuro y vencer el 'invierno demográfico'”, añadió.
La autoridad vaticana no dudó en expresar que el cristianismo, antecedido por la cultura grecorromana, ha moldeado la configuración europea a lo largo de los siglos y que prueba de ellos son las grandes obras regadas por todo el continente, incluidas las catedrales, el arte y las universidades, junto con “mil aspectos más” que nos han entregado la Europa que hoy conocemos.
Es así que el continente europeo, remarcó el Cardenal Parolin, necesita “encontrar la fuerza para un nuevo impulso que le permita alcanzar nuevas e importantes metas, superando el egoísmo cada vez mayor, necesita urgentemente redescubrir sus raíces”.
“Si pretende ser una voz escuchada y autorizada en el mundo actual y si quiere superar los cansinos callejones sin salida, necesita redescubrir la grandeza de los valores que la inspiraron, valores que estaban bien presentes en los fundadores de la Europa moderna”, agregó.
En este camino, aseguró el acompañamiento de la Santa Sede, que invita a los europeos a recorrerlo con confianza y no teniendo miedo de reconectar con sus valores fundacionales. “De este modo, Europa encontrará un nuevo impulso ideal que le permitirá afrontar los complicados desafíos de estos años”, volvió a afirmar.
Pastoral más cercana a las necesidades de las familias
El Cardenal Parolin también se refirió al drástico descenso de las tasas de natalidad en toda Europa, invitando a todas las instituciones políticas y de relevancia, incluida la Iglesia Católica, a tomar conciencia de lo “vital” de este tema para poder intervenir con medidas bien coordinadas.
“Pensando en la pastoral, ciertamente debe planificarse una acción que sepa escuchar atentamente a las familias para identificar sus verdaderas necesidades y prestarles ayuda, incidiendo en la concreción de sus vidas, a fin de eliminar los diversos obstáculos que se oponen a la acogida generosa de la vida naciente. Permítanme decir, sin embargo, que la mejor pastoral sería la que consigue inculcar esperanza en el corazón y en la mente de las personas”, expresó el purpurado.
“Sin esperanza, sin la convicción profunda de la ayuda de la Providencia en nuestra vida, sin esta apertura a la ayuda que viene de Dios, toda dificultad, por real que sea, se magnificará y los impulsos egoístas tendrán más campo libre para imponerse”, señaló.
Por último, compartió su deseo de que el viaje del Papa Francisco a Luxemburgo y Bélgica sea “como una chispa que encienda una luz mayor” y que ayude a “sacar a la luz todo el potencial de bien que hay en la Iglesia y en la sociedad, una luz que infunda valor a quienes parecen resignarse a la decadencia”.
“Espero que sea un momento en el que creyentes y no creyentes tengan la oportunidad de escuchar la palabra del Sucesor de San Pedro y de confrontar su modo de ser y de actuar en el mundo con la propuesta que viene del Evangelio”, concluyó.