Pasadas las 19:00 horas, el Papa Francisco llegó a la base aérea de Melsbroek, en Bruselas (Bélgica) para cumplir con la segunda etapa de su viaje apostólico al centro de Europa, cuya primera parte consistió en una visita de un día al pequeño país de Luxemburgo.
El Santo Padre permanecerá en Bélgica hasta el domingo 29 de septiembre, y mantendrá encuentros con el rey Felipe de Bélgica; el primer ministro, Alexander De Croo; y con las demás autoridades civiles.
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Asimismo, como es costumbre en sus viajes apostólicos, el Papa Francisco se reunirá con los miembros del clero, religiosos y consagrados; además de un encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en Bélgica.
El programa también contempla encuentros con los profesores y alumnos de la Universidad Católica de Lovaina el 27 y 28 de septiembre, respectivamente.
Finalmente, el que sería el evento más importante será la misa en el estadio Rey Baldovino, donde beatificará a la carmelita Sor Ana de Jesús, hija espiritual de Santa Teresa de Ávila y amiga de San Juan de la Cruz.
Su paso por Luxemburgo
Este jueves 26 el Papa Francisco realizó una visita de un día a Luxemburgo, el pequeño país europeo de poco más de 660.000 habitantes que limita con Bélgica, Francia y Alemania.
En este ducado el Pontífice mantuvo un encuentro con las autoridades locales y con la comunidad católica, a quienes reiteró su llamado a acoger a los migrantes y refugiados, y advirtió que “las ideologías son siempre un enemigo de la democracia”.
También indicó que la riqueza “es una responsabilidad” y por ello pidió “una vigilancia constante para no descuidar a las naciones más desfavorecidas, es más, para que se les ayude a salir de sus condiciones de empobrecimiento”.
Asimismo, animó a la Iglesia Católica en Luxemburgo a no replegarse en sí misma, sino aceptar el desafío, “en fidelidad a los valores de siempre, de redescubrir y revalorizar de manera nueva los caminos de evangelización, pasando cada vez más de una simple propuesta de atención pastoral a una propuesta de anuncio misionero”.
Durante el encuentro con la comunidad católica, el Papa Francisco también participó en la apertura del año jubilar por los cuatro siglos de la devoción a la Virgen en la advocación de Consuelo de los afligidos, patrona del país.