En el marco del Mes Nacional de la Herencia Hispana, se celebró una Misa en Washington, la capital de Estados Unidos, durante la cual el primer obispo estadounidense de origen salvadoreño afirmó que “la presencia de los hispanos o latinos entre nosotros es una bendición para la iglesia y para la sociedad”.

El Mes Nacional de la Herencia Hispana se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre en los Estados Unidos, rindiendo homenaje a la cultura, las tradiciones y las contribuciones de muchos estadounidenses que nacieron en un país hispanohablante.

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De acuerdo a datos oficiales del 2023, este grupo representa aproximadamente el 19.5% de la población total que habita en el país norteamericano.

Misa con comunidades hispanas. Crédito: Edwin Mendez
Misa con comunidades hispanas. Crédito: Edwin Mendez

Durante la Misa, Mons. Evelio Menjivar-Ayala, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Washington, señaló que los obispos del país reconocen que “la presencia de los hispanos ha revitalizado la vida y la misión de miles de parroquias en la nación americana y de otras instituciones y organizaciones católicas”.

El prelado subrayó que, aunque este impacto ha sido más visible en las últimas décadas, la comunidad hispana “ha estado presente en estas tierras desde más de 500 años” y ha abrazado “su vocación como alegres discípulos misioneros de la Iglesia en Estados Unidos”.

Misa con comunidades hispanas en Washington. Crédito: Edwin Mendez
Misa con comunidades hispanas en Washington. Crédito: Edwin Mendez

Los obispos, añadió, “muestran su paternal solicitud de acoger, de abrazar con alegría a los fieles católicos hispanos y de potenciarlos para que desempeñen con responsabilidad su misión en la iglesia y en la sociedad”.

Mons. Menjivar-Ayala hizo también un llamado a las comunidades a “ser sembradores de paz”, fomentando “la amistad, la solidaridad y la unión entre nosotros y en la sociedad en la que vivimos”. 

Misa con comunidades hispanas. Crédito: Edwin Mendez
Misa con comunidades hispanas. Crédito: Edwin Mendez

Por ello, instó a dejar atrás “toda rivalidad, envidia y prejuicio”, y a evitar los conflictos entre los miembros de la comunidad, para que esta sea “un ejemplo de unidad y bondad”.

El prelado concluyó pidiendo rezar para que la sociedad y, en especial, la Iglesia Católica, “sea en un hogar para todos, donde podamos experimentar el abrazo amoroso de Dios que bendice a todos sus hijos”.