El Arzobispo de Concepción (Chile), Mons. Sergio Pérez de Arce, compartió con los fieles de la arquidiócesis una reflexión sobre la actualidad de las familias en el país y los “grandes cambios” en los últimos tiempos.

Teniendo en cuenta datos demográficos, el prelado observó que a lo largo de los últimos 30 años, los hogares se volvieron más pequeños en cantidad de integrantes, y un crecimiento también en el porcentaje de hogares monoparentales.

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En esa línea, advirtió además la “alta presencia de personas mayores” en la sociedad, teniendo en cuenta también que Chile “tiene el nivel más alto de esperanza de vida en América Latina y el Caribe”. 

Por otro lado, el fenómeno migratorio ha provocado un aumento de inmigrantes, que se traduce en familias interculturales, nacidas de la unión de chilenos con personas de otras nacionalidades”, señaló. 

Todo esto, enfatizó Mons. Pérez de Arce, sumado a las “múltiples transformaciones culturales” que influyen en la familia.

El prelado hizo hincapié en las parejas que conviven sin una relación legalizada, muchas más que las que han formalizado su relación mediante el matrimonio o un acuerdo de unión civil.

Asimismo, reparó en la gran cantidad de divorcios y en la tendencia a vivir las relaciones con “carácter provisorio”, lo cual “es un rasgo de nuestra cultura”, consideró.

Al “elenco de cambios”, Mons. Pérez de Arce agregó “la inserción extendida de la mujer en el mundo laboral; las transformaciones en los modos de comunicación; una comprensión de la libertad que no favorece los vínculos, lo que nos centra más en lo propio y menos en lo común; los conflictos sociales y violencias, que alteran la vida familiar y repercuten en su convivencia; y un largo etcétera”.

Ante este escenario que presenta una realidad “amplia y compleja, con sus luces y sombras”, el pastor de Concepción consideró que desde la Iglesia no se puede hablar “teóricamente, sin tener en cuenta la situación concreta de las diversas familias”. 

En ese sentido, advirtió que “quizás el mayor peligro de la realidad actual es que las personas terminen menos apoyadas en su vida por una ‘estructura’ familiar y, por tanto, vayan quedando más solas”. 

La principal misión de la Iglesia, asumió, es “proponer el camino del amor como un vínculo estable con los demás, que nos libera de una concepción del afecto en mera clave narcisista”. 

“En este contexto, sigue siendo fundamental proponer el matrimonio como camino de amor y compromiso o, al menos, la importancia de relaciones familiares que permanezcan en el tiempo”, afirmó. Por otro lado, consideró esencial “pedir al Estado la promoción de políticas que favorezcan a la familia y no solo al individuo”.

Finalmente, exhortó a “no olvidar el llamado a abrirse a la presencia de Dios, pues su ausencia en nuestra vida nos deja más solos en nuestras dificultades y luchas”.

Las cifras de las familias en Chile

Según el estudio “Radiografía de las familias en Chile”, publicado en 2022 por el Observatorio de Políticas Públicas, en los últimos 25 años el porcentaje de hogares biparentales en Chile bajó de un 55,7% a un 44,7%, mientras que los monoparentales pasaron de un 6,9% en 1990 a un 13,6% en 2015.

En 1990, el promedio de personas por hogar era de 4 y en 2020, bajó a 3.

El grupo etario de más de 65 años, según indica el mismo estudio, creció del 6,6% en 1992 al 11,4% en 2017.

En Chile, la esperanza de vida en 1992 era de 74.1 años. En 2020, ascendió a 80.8.

En cuanto a los matrimonios, el descenso ha sido sostenido a lo largo de los años: En 1990 se celebraron 98.702 matrimonios, y en 2020, 37.647.

Respecto a los divorcios, el documento indica que en 2005 la cifra fue de 1.179, mientras que en 2021 fueron 43.883.

La población migrante, por su parte, ha aumentado progresivamente en Chile: de un 0,8% en 1992, pasó a 1,3% en 2002 y 4,4% en 2017. En 2017 había en el país 641.395 más migrantes que en 1992.

Entre enero y noviembre de 2021 se registraron en Chile 4.473 matrimonios conformados por una persona chilena y una nacida fuera del país.