Entre lágrimas y visiblemente emocionado, el Obispo de Bayona en Francia dio el último adiós al P. Alexandre Blaudeau, fallecido a causa de un paro cardiaco a los 31 años, a quien ordenó hace sólo tres.
En la iglesia de Saint-Vincent de Nays, completamente llena para despedir al joven presbítero, Mons. Marc Aillet destacó que los sacerdotes y fieles presentes llegaron al templo “para acompañar a nuestro querido difunto, el padre Alexandre Blaudeau, hasta su última morada. Su corazón reposará a la espera de la resurrección final. Han venido para acompañarlo en su Pascua, del paso de la muerte a la vida, la verdadera vida”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Han venido para testimoniar su cariño, su reconocimiento por el ministerio sacerdotal que él ha ejercido entre ustedes”, agregó y dijo: “todos estamos dolorosamente afectados por su desaparición. Y, al mismo tiempo querido hermanos y amigos, han venido a confesar su fe en un Dios de amor que es justo, que todo lo sabe”.
“Pero sabemos que Jesús no ha venido al mundo para suprimir el sufrimiento ni siquiera para explicarlo, sino para hacerlo pleno con su presencia”.
Dirigiéndose a sus padres, el prelado francés recordó que el día del bautismo del P. Alexandre, el 25 de julio de 1983, ellos pidieron para su hijo el don de la fe que lleva a la vida eterna.
Algunas reflexiones del joven sacerdote fallecido
Entre lágrimas, el prelado recordó que en su carta para pedir la ordenación diaconal, Alexandre le escribió: “El tercero de una familia de siete hijos, he tenido la gracia de crecer en la fe (…) Llevando una vida parroquial fervorosa”.
Mons. Aillet recordó luego la madurez espiritual y humana con la que Alexandre respondió al llamado del Señor, “que él había elegido a los 20 años, algo que discernía en la oración”. De ese modo, se preparó en el seminario “para perder su vida por Jesús y su Evangelio, como sacerdote de Jesucristo”.
El obispo recordó también que Alexandre dijo alguna vez: “¡Qué riqueza estos años de formación, desde que entré en el propedéutico! La vida litúrgica y la vida de oración en el seminario han desarrollado mi intimidad con el Señor. Me han formado para ser discípulo, amigo (…) y compañero de Jesús”.
El obispo también leyó lo que dijo el P. Alexandre, cuando aún era seminarista, en un documental de 2019, sobre el seminario donde se formó: “Nuestra razón de ser, no sólo nuestra razón de estar aquí sino nuestra razón para vivir es Cristo, este llamado de Cristo que es personal para cada uno (…). Cristo es la piedra angular de nuestra vida aquí en el seminario y de toda nuestra vida”.
Su testamento espiritual
Tras resaltar la entrega “ejemplar” del P. Alexandre, el prelado recordó que su última homilía fue sobre la cruz de Cristo el domingo 15 de septiembre y que esta constituye el “testamento espiritual” del difunto, que ese día dijo: “Pidamos a la Virgen María, a Nuestra Señora de los Dolores (…) que nos ayude a cargar nuestra cruz, en una perfecta imitación de Jesús”.
Luego de alabar su entrega como sacerdote, el Obispo de Bayona subrayó que “tenemos necesidad de santos, los verdaderos reformadores de la Iglesia son los santos. Hoy es la hora de los santos”.
Nuevamente entre lágrimas, el obispo dijo sobre el P. Alexandre que “tenía su pasaporte para el cielo: la cruz dorada en el cuello, esa que abre las puertas del cielo y su escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que no se quitaba nunca”.
“Querido Alexandre, entra en el gozo de tu Señor y ruega por nosotros. Amén”.
Tras la Misa de exequias, los restos del P. Alexandre Blaudeau se trasladan a su parroquia natal de Blanzay, en la diócesis de Poitiers, donde se celebrará una Misa el sábado 21 de septiembre a las 2:00 p.m. Después se procederá al entierro en el cementerio de Blanzay.
El P. Blaudeau inició su formación sacerdotal en 2013 y cursó sus estudios en el Seminario de los Sagrados Corazones de Jesús y María de Bayona. Luego hizo una pasantía en la Diócesis de Kara en Togo, con la que está asociada la diócesis francesa.
Mons. Marc Aillet lo ordenó sacerdote el 26 de junio de 2021 en la Catedral Santa María de Bayona.