El 14 de septiembre se inauguró en Jerusalén una nueva peregrinación llamada “Camino de los Peregrinos de la Esperanza”. El evento marcó el 60 aniversario de la Maison Abraham (Casa Abraham), una lugar de acogida para peregrinos creada por Secours Catholique-Caritas France.
La Casa Abraham está situada en la cima de una colina en el corazón del barrio musulmán de Ras al-Amud, en Jerusalén Este.
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Desde allí, la vista se extiende a lo largo de los muros de Jerusalén, abarcando la ciudad desde el Monte Moriah (el complejo del Monte del Templo/Al-Aqsa) hasta el Monte Sión.
“Recibimos a peregrinos de todas las religiones, especialmente a los más pobres. Esa es la misión que nos confió el Papa Pablo VI en 1964”, explicó a CNA —agencia de noticias en inglés de EWTN News— el director del centro, Bernard Thibaud. “También se nos pidió que promoviéramos el encuentro con los habitantes del barrio”, agregó.
En aquella época, la situación política y geográfica era muy diferente. La casa estaba bajo el dominio jordano y los árabes de todo Oriente Medio podían viajar a Jerusalén en autobús. Sólo tres años después, y hasta el día de hoy, la casa se encuentra en la zona de Jerusalén bajo ocupación israelí.
“Tenemos principalmente visitantes cristianos. Entre el 10% y el 15% son musulmanes, especialmente durante el Ramadán, y algunos grupos de judíos, que se sienten cómodos visitando un barrio árabe”, explicó Thibaud.
Con motivo del 60º aniversario, el Papa Francisco envió un mensaje de aliento “a continuar esta obra de caridad, para que esta casa siga siendo siempre un lugar de acogida, de encuentro y de diálogo para todos los hijos de Abraham que buscan sinceramente entrar en relación con Dios y con el prójimo”.
También expresó su deseo de que el Camino “sea un signo de esperanza, suscitando sentimientos de paz en los corazones de las personas y de los responsables de esta región”.
El 14 de septiembre, Mons. William Shomali, vicario general del Patriarcado Latino de Jerusalén, bendijo el Camino de los Peregrinos de la Esperanza en presencia de numerosos sacerdotes, religiosos y fieles laicos, además de musulmanes y judíos.
Entre las autoridades asistentes se encontraban el cónsul general de Francia en Jerusalén, Nicolas Kassianides; Mons. Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, quien celebró la Misa; Didier Duriez, director de Secours Catholique; y Joseph Hazboun y Anton Asfar, directores de la Misión Pontificia y de Cáritas en Jerusalén, respectivamente.
El Camino de los Peregrinos de la Esperanza fue concebido como una reflexión sobre la misión de la Casa Abraham. La ruta serpentea bajo el jardín y las terrazas de la casa, marcada por 15 estaciones con azulejos de cerámica que representan citas de la Biblia, la Biblia hebrea y el Corán.
“Está inspirado en los valores cristianos, pero creemos que personas de todas las religiones podrían encontrar inspiración”, afirmó Thibauld a CNA. El mensaje central es la hospitalidad: necesitamos practicar la hospitalidad y esto debe expandirse, que es la esencia de la misericordia, añadió.
La primera parte de la peregrinación se centra en la hospitalidad y consta de cinco estaciones. Un icono que representa a Abraham y Sara dando la bienvenida a los tres extranjeros domina la pequeña plaza. “Desde el comienzo de nuestro camino estamos invitados a meditar sobre el encuentro con lo eterno a través de la acogida incondicional de todos los extranjeros”, explicó Thibaud.
La segunda sección se llama “Fe y caridad” e incluye cuatro estaciones: la fe de Abraham, que estuvo dispuesto a ofrecer a su hijo único en el monte Moriah; la fe del peregrino representada por el monte Sión; la caridad del buen samaritano; y la de los justos.
“Esto es lo que es Cáritas y lo que nos ha guiado hasta hoy”, afirmó Thibaud. El nombre “Peregrinos de la Esperanza” está vinculado tanto a la historia de Cáritas Francia como al próximo Jubileo (La Casa Abraham fue también el lugar de fundación de Cáritas Jerusalén en 1967).
La tercera sección se titula “Oración y hospitalidad” y cuenta con tres estaciones. Su objetivo es homenajear la historia de la Casa, que albergó a la comunidad benedictina y al seminario siro-católico (1901-1952). Se incluyen algunas citas de la Regla de San Benito, como la famosa: “Que todos los huéspedes que lleguen sean recibidos como Cristo”.
El último tramo, dedicado a la “Misericordia y al servicio”, se sitúa en la parte del jardín que da al Monte Sión y al Cenáculo. El Camino termina delante del icono del “lavatorio de los pies”.
“Durante el Camino aprendemos que la hospitalidad se expande con el gesto del lavatorio de los pies de Jesús, que nos llama a practicar la misericordia”, manifestó Thibaud. La última estación cita al profeta Miqueas (6:8) sobre lo que es bueno ante Dios: “Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios”.
En su primer día, la peregrinación duró unos 45 minutos y los participantes se detuvieron en cada tramo para meditar y orar. En los distintos espacios hubo lecturas, breves meditaciones, momentos de silencio, cantos y oraciones.
“Normalmente llamamos a todas nuestras peregrinaciones Peregrinaciones de la esperanza, es como un sello distintivo para nosotros”, explicó Thibaud. Además, el nombre alude al Jubileo.
“También esperamos que los peregrinos visiten Tierra Santa y muestren su solidaridad y comunión con la Iglesia aquí. Cuando las personas vienen como peregrinos, transmiten su esperanza, y la gente local que los acoge recibe alegría y esperanza de que las cosas puedan comenzar de nuevo. Eso es exactamente lo que representan en este momento: peregrinos de esperanza”, precisó.
Desde el 7 de octubre de 2023, la Casa Abraham ha estado casi vacía.
“Los únicos que vienen son las personas que viven en situación de pobreza, las que conocen las dificultades y la esperanza. Lo mismo sucedió durante la pandemia de COVID”, compartió Thibaud. “Personalmente, considero que las personas pobres pueden dar un testimonio de esperanza a los demás que tal vez no tengan tantas dificultades”, afirmó.
Thibaud explicó que Secours Catholique-Caritas France tiene un programa específico para ayudar a las personas necesitadas a ahorrar dinero para que puedan hacer una peregrinación a Tierra Santa. El programa dura más de un año.
“Trabajan duro para ahorrar dinero: organizan actividades, hacen pasteles, venden postales... y tenemos varios fines de semana de preparación”, resaltó Thibaud.
Con motivo del aniversario, unos 15 peregrinos en situación de pobreza en Francia llegaron a la Casa Abraham para celebrar y compartir su propio camino de fe y esperanza.
Uno de ellos, Peter S., dio su testimonio: “Cuando llegué a Tierra Santa la primera vez en una peregrinación como ésta, me encontré a mí mismo y me di cuenta de que mi vida iba a cambiar. Ahora soy activo en la parroquia, voy a misa... Cumplo 60 años, sigo siendo tan pobre como antes, pero soy feliz”.
Cuando estos peregrinos llegan a Tierra Santa, ya se conocen desde hace mucho tiempo.
Thierry D., padre de cinco hijos, tres de ellos con discapacidad, comentó: “Cuando llegué por primera vez, conocí a personas de nuestro grupo de peregrinos que se convirtieron en mi familia. Incluso ahora seguimos en contacto; vinieron a mi 25º aniversario de bodas. Ese es el significado de los íconos del Camino de los Peregrinos de la Esperanza: experimenté el lavatorio de pies tanto en Francia como en Belén, y eso cambió mi vida”.
Dentro de unos meses, Thibaud se jubilará de su puesto de director de la Casa Abraham.
“Para mí fue un privilegio estar allí durante cuatro años”, aseguró. “Siempre recordaré la alegría del pueblo palestino con el que trabajé, su manera de ver la vida, de afrontar todos los problemas con mucha paciencia y alegría”.
“Desde el principio, mi fe se ha construido con el testimonio de las personas más sufrientes y pobres, que siguen construyendo mi fe con su testimonio luminoso a través de las injusticias y dificultades de la vida”, concluyó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.