El Papa Francisco denunció hoy la “brutalidad” del crimen organizado, que “acomete contra el bien común”, y remarcó que “no es posible ni tolerable olvidar” a sus víctimas.

Así lo dijo en un mensaje en español con ocasión de la Conferencia sobre el uso social de los bienes decomisados ​​a la mafia, organizada por la organización “Libera” del 19 al 20 de septiembre.

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En su mensaje, difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco señaló que la delincuencia organizada “tiene vocación transnacional” y “abarca todos los grandes tráficos”.

“La lucha contra ella es uno de los desafíos más importantes para la comunidad internacional pues representa, junto con el terrorismo, la amenaza no militar más importante contra la seguridad de cada nación y la estabilidad económica internacional”, dijo.

El Santo Padre destacó que actualmente hay “un consenso internacional en torno a que los Estados” para no sólo “investigar y juzgar al crimen organizado, sino colaborar entre sí para identificar sus activos y recuperarlos, con el fin de imposibilitar la continuación de sus actividades delictivas”.

“Pero es necesario tener en cuenta que la recuperación de los bienes no debe agotarse en ese objetivo de política criminal sino estar inspirada en la reparación y en la reconstrucción del bien común”, destacó.

“El crimen organizado, en su brutalidad, acomete contra el bien común; ataca a millones de hombres y mujeres que tienen derecho a vivir su vida y a criar a sus hijos con dignidad y libres del hambre y del temor a la violencia, la opresión o la injusticia”, dijo el Papa.

Además, “arremete contra los grupos socialmente marginados que son especialmente vulnerables a las actividades de la delincuencia organizada”.

El Santo Padre precisó que “no es posible ni tolerable olvidar a esas víctimas porque sólo pensando en ellas puede comprenderse el daño provocado por el crimen organizado, y sólo entendiendo ese daño se puede discernir en cómo asistir, proteger y reparar, aspectos esenciales para solucionar conflictos y pacificar”.

En ese marco, el Papa destacó el “modelo italiano” sobre cómo destinar el dinero recuperado de las manos del crimen organizado para “la reparación del daño ocasionado a las víctimas y a la sociedad”, de tal manera que puede “servir a la reconstrucción del bien común y a la pacificación”.