La Iglesia Católica en Bolivia se mostró preocupada por la situación actual en el país, donde consideró que se ha instalado una “cultura del bloqueo”, con enfrentamientos y tensiones. En ese marco, llamó a la paz, al diálogo y la búsqueda del bien común.
Bolivia vive días de tensión a raíz de una marcha iniciada el martes 17 de septiembre por el expresidente Evo Morales para “salvar a Bolivia”. Acompañado por miles de seguidores, el dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) se dirige hacia la ciudad de La Paz para protestar contra la gestión del actual mandatario, Luis Arce, quien en el pasado fue su aliado pero actualmente es acusado por Morales de bloquear su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025.
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La movilización denuncia la crisis económica del país, signada por la falta de dólares y la escasez de combustible, responsabilizando de esto a la gestión de Arce. Se prevé que llegue a la sede de Gobierno el lunes 23 de septiembre.
El gobierno de Arce, por su parte, ha calificado esta marcha como un intento de golpe de Estado, a través del cual Morales busca forzar su regreso al poder.
Ante esta situación, el P. Diego Plá, secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, expresó “profunda preocupación” por la situación en el país y denunció una “cultura del bloqueo”.
“En Bolivia se ha instaurado una cultura de la muerte, una cultura del bloqueo donde prima la presión, y lo que queremos desde la Iglesia es fomentar el diálogo. Es urgente sentarnos y promover la unidad”, señaló en declaraciones a Radio Panamericana, recogidas en el sitio web de la Conferencia Episcopal Boliviana.
El sacerdote identificó que en los últimos años la situación en el país se agravó por la falta de un espíritu de diálogo constructivo.
En ese marco, recordó que “la Iglesia siempre ha estado dispuesta a ayudar y colaborar, como lo hicimos en 2019 cuando, bajo la figura de Mons. Eugenio Scarpellini, logramos sentar a las partes en conflicto para alcanzar acuerdos”.
Sin embargo, advirtió que esto sólo se da cuando ambas partes solicitan intervención de la Iglesia.
El P. Plá observó la grave crisis económica en el país, con una fuerte suba en los precios, que se traduce en sufrimiento para la población. En ese sentido, consideró legítimo que la gente exprese sus demandas, pero advirtió: “no podemos seguir enfrentándonos”.
“Los bloqueos y la violencia sólo generan pérdidas. Debemos romper esa dinámica destructiva y buscar soluciones mediante el diálogo”, exhortó.
Por eso, pidió la voluntad de sumar esfuerzos por el bien común. “No es justo que un país entero permanezca en vilo. De situaciones peores hemos salido antes, y podemos hacerlo de nuevo”, animó.
Por su parte, en entrevista con UNITEL, Mons. Giovani Arana, secretario general de la CEB,
señaló que la Iglesia Católica nunca ha impuesto su papel de mediadora, sino que responde a la invitación de los sectores que desean resolver sus diferencias a través de un entendimiento mutuo.
El prelado llamó a todos los sectores sociales y políticos al diálogo: “Es ahora cuando hay que sentarse a dialogar ofreciendo soluciones viables”.