Salvatore “Totó” Schillaci, máximo goleador del Mundial de fútbol Italia 90, falleció a los 59 años a causa del cáncer de colon. En una entrevista con el diario Avvenire de los obispos italianos, el exfutbolista afirmaba: “Dios conecta todos los puntos para crear nuestro diseño”.
Según informa ANSA, el goleador conocido en Italia como el protagonista de “las noches mágicas” del Mundial que se jugó en el país europeo, estaba internado desde el 7 de septiembre en el área de neumología del Hospital Cívico de Palermo, donde finalmente falleció este 18 de septiembre.
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Ciao Totò 💙
— Nazionale Italiana ⭐️⭐️⭐️⭐️ (@Azzurri) September 18, 2024
Eroe delle Notti Magiche pic.twitter.com/UQmGw2ws6p
La Federación Italiana de Fútbol señala en su sitio web que, para honrar la memoria de Totó Schillaci, se guardará un minuto de silencio antes de los partidos de todos los campeonatos, programados desde hoy hasta el fin de semana.
La entrevista de Totó Schillaci con el diario de los obispos italianos
“Llegar invicto sólo al tercer puesto, con un solo gol encajado a Zenga [arquero de Italia] hasta la semifinal, y ser eliminado en los penales por Argentina, después de bloquear a Maradona... Son cosas en las que incluso después de mucho tiempo piensas y sí, te hacen un poco mal, pero así fue, es parte del juego”, recordaba Schillaci en el diálogo con Massimiliano Castellani de Avvenire.
En Italia 90, la Argentina de Maradona eliminó por penales a Italia, con una gran actuación del arquero Sergio Goycoechea, pero luego perdería la final con Alemania por 1 a 0, con un penal. En todo el torneo, Schillaci hizo seis goles, siendo así el máximo artillero de la competición.
È mancato il simbolo popolare delle notti magiche di Italia '90,
— Elisabetta B. (@babetta123) September 18, 2024
Ragazzo di provincia, Schillaci dopo anni trascorsi in serie minori a Messina, approdò nel grande calcio diventando trascinatore della nazionale nei mondiali italiani nel 1990.
Di lui ricordiamo quello sguardo… pic.twitter.com/RLWreD5eth
“He tenido mucha suerte en mi carrera. Empecé a jugar en el asfalto de la calle de mi barrio de Palermo, rodeado de gente que ha conocido el hambre y la cárcel. Lo hice superando continuamente todos los desafíos que surgieron y aprovechando la oportunidad que se me dio en el momento adecuado", relataba Schillaci a Avvenire.
Tras recordar que tenía 300 niños en su escuela de fútbol de Palermo, Castellani señala en su nota en Avvenire que la fe de Totó Schillaci “estaba dirigida a Dios. Incluso en los días dolorosos de su enfermedad nunca dejó de orar”.
Schillaci destacaba al respecto que “Dios conecta todos los puntos para crear nuestro diseño y yo siempre me he encontrado en los puntos correctos”.
“Al combinarlos, uno tras otro, surgió el plan espléndido que estoy viviendo: otros días y noches mágicas, y lo considero un regalo divino".