Mons. Danny Meagher, Obispo Auxiliar de Sydney (Australia), ha expresado con entusiasmo los preparativos para que la ciudad australiana sea la sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional en 2028.
Este evento, considerado uno de los más importantes en la Iglesia Católica, tiene como objetivo acercar a las personas a Dios a través de la Eucaristía, transformar los corazones y fomentar una mayor evangelización en todo el mundo.
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“El Congreso Eucarístico es una oportunidad única para que los corazones de las personas sean tocados y sus mentes abiertas a la riqueza de la Eucaristía. Y es la Eucaristía la que nos invita a ser parte de la misión de Cristo”, comentó Mons. Meagher en una entrevista concedida a ACI Prensa durante el Congreso Eucarístico Internacional Quito 2024, que concluyó el domingo.
El prelado australiano agregó: “Cristo nos entrega su vida, nos introduce en su misterio pascual y nos envía al mundo. Queremos que los participantes regresen a sus hogares con un verdadero sentido de la gracia, formados y transformados por lo que han aprendido”.
La sede del encuentro, que por primera vez tendrá lugar en Australia, también refleja el deseo del Arzobispo de Sydney, Mons. Anthony Fisher, y de la comunidad católica local de revitalizar la vida de la Iglesia en su país.
“Necesitamos que la vida en la Iglesia de Sydney florezca. Deseamos que sea una gran ocasión de gracia para todos los asistentes, para que regresen a sus hogares con un verdadero sentido de la gracia, formados y transformados por lo aprendido”, destacó Mons. Meagher.
La Iglesia Católica en Australia ante los desafíos
A pesar de la rica historia de la Iglesia Católica en Australia, que comenzó como una pequeña comunidad de convictos irlandeses y fue creciendo con la inmigración, el país enfrenta desafíos similares a los de muchas otras naciones occidentales.
Según Mons. Meagher, la cultura moderna, saturada por la tecnología y las distracciones, dificulta que las personas encuentren su centro espiritual y, en consecuencia, su relación con Dios. “Estamos distraídos por un millón de cosas diferentes. Es difícil encontrar nuestro centro porque siempre estamos mirando el teléfono... Es difícil encontrar nuestra relación con Dios”, explicó.
“Actualmente, de los católicos en Australia, creo que entre el 10% y el 15%, dependiendo de la diócesis, asiste a Misa cada semana. Así que es un porcentaje bastante bajo. En Navidad y Pascua los números aumentan. Algunas personas asisten una vez al mes, otras de manera irregular. Pero es difícil atraer a las personas y hacerles ver la importancia de nuestra salud espiritual, no sólo de nuestro placer sensorial”, lamentó.
Ante esta realidad, el prelado apuntó que el Congreso Eucarístico Internacional no sólo busca ser una celebración, sino también un espacio de formación y renovación espiritual. “El éxito del Congreso se medirá en cómo logramos que las personas aprecien y valoren la Eucaristía, que cambien sus vidas y se conviertan en parte de la misión de la Iglesia”, añadió Mons. Meagher.
Un evento para el mundo
El obispo auxiliar hizo hincapié en el carácter multicultural de la capital australiana. “Sydney es una comunidad muy multicultural, y probablemente, encontrará gente de su propio país aquí”, señaló. “Invitamos a personas de todas partes del mundo a ser parte de esta ocasión de gracia, donde Dios nos tocará a través de la Eucaristía y nuestra fe será fortalecida”.
Además de las presentaciones teológicas y las celebraciones litúrgicas, Mons. Meagher mencionó que el Congreso incluirá elementos que conecten con el corazón y el espíritu de los asistentes. “Queremos que todo el proceso involucre a las personas, con buena formación y elementos que toquen el corazón, para que toda la comunidad participe y reconozca que somos hermanos y hermanas”.
Con el Congreso Eucarístico Internacional en el horizonte, Mons. Meagher aseguró que el trabajo de la Iglesia “será organizar un Congreso de la Eucaristía de altísima calidad, que ofrezca la mejor formación posible y que toque y enriquezca los corazones de los participantes con la gracia de Dios”.
“En nombre del arzobispo Anthony Fisher, me gustaría dar la bienvenida a toda la gente de todo el mundo a nuestro Congreso Eucarístico Internacional en 2028. Al regresar a nuestras diferentes diócesis y países, continuaremos con la misión de Cristo, que es la misión de Dios: llevar amor y curación a todas las personas”, concluyó.