“Creo que su visita ha reavivado la fe de nuestro pueblo. Su visita ha hecho que muchos de nuestros católicos trabajen juntos”, expresó el Cardenal William Goh, Arzobispo de Singapur, en una entrevista con Vatican News sobre la reciente visita del Papa Francisco al país.

“Es una ocasión muy rara en la que todos los católicos se reúnen para trabajar codo a codo. Todos ellos se han mostrado muy entusiastas, y han sentido que es un gran privilegio formar parte de todo este comité organizador, para planificar y trabajar por el éxito de la visita papal”, añadió.

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Para el purpurado, el viaje papal inspirará la intención de “construirnos como una sola Iglesia”, de unirse en torno a la figura del Obispo de Roma y de impulsar aún más el mensaje del Evangelio entre quienes más lo necesitan.

Es precisamente la búsqueda de llevar la Buena Nueva a toda la humanidad la que impulsó al Papa a visitar Asia, según explicó el Cardenal Goh. Un esfuerzo por lograr que la Iglesia Católica “sea realmente un sacramento de la misericordia y la compasión de Jesús hacia los demás”.

“Creo que este tipo de mensajes, como el tender la mano a los marginados, a los pobres, a los que sufren, a los vulnerables, y respetar otras religiones, la dignidad de la vida, la protección de la familia, y a los jóvenes, respetar a los jóvenes y animar a los jóvenes a ser audaces, sin olvidar tampoco a los ancianos, todos estos mensajes de los que habla constantemente el Santo Padre resuenan en todo el mundo, incluso para nosotros, los singapurenses”, remarcó el cardenal.

Además, añadió que los católicos del país están muy agradecidos porque el Papa “ha rejuvenecido” su fe, lo que a largo plazo implicará “un deseo más dinámico y más vivo” de fraternidad y de llevar a los demás hacia Jesús.

La importancia del viaje papal para toda Asia

“La visita del Santo Padre, no sólo a Asia, sino a los países de mayoría católica, ha sido muy importante para los no católicos, para que el mundo comprenda la belleza de la fe católica”, destacó el Cardenal Goh.

Asimismo, precisó que la Iglesia Católica está dispuesta a acoger y respetar a los no creyentes, y que el Papa busca impulsar “la cuestión del diálogo, del respeto mutuo”, especialmente con los gobiernos asiáticos que desconfían de la Iglesia. Una actitud que, comenta el cardenal, les ayuda a entender que la única misión eclesial es ser “embajadora de la misericordia y el amor de Cristo, y que estamos aquí para ayudar a la gente a crecer” y buscar el bien común.

“Queremos paz, queremos armonía y queremos que la gente trabaje junta y se preocupe por los demás”, remarcó.

Por último, indicó que Asia “tiene mucho que aportar a la Iglesia universal” a través de la piedad popular que “tiene que estar guiada por la Iglesia” para purificarla, llevarla a un mayor conocimiento de su fe y finalmente facilitar que las personas se enamoren de Jesús.