Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa (Nicaragua) exiliado en Roma desde enero de este año, participará en el próximo Sínodo de la Sinodalidad, que tendrá lugar durante el mes de octubre en la capital italiana.
El nombre de Mons. Álvarez aparece en el listado definitivo que el Vaticano ha proporcionado este 16 de septiembre con los participantes de la segunda y última sesión del Sínodo de la Sinodalidad, que se desarrollará desde el 2 hasta el 27 de octubre.
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En concreto, el obispo nicaragüense que fue deportado a Roma el pasado 14 de enero por el régimen de Daniel Ortega aparece dentro del grupo de los nombramientos pontificios.
Esta categoría está compuesta por aquellos prelados escogidos directamente y por iniciativa propia del Santo Padre.
La participación del prelado en este gran evento de la Iglesia Católica representa un giro en la habitual discreción que ha tenido desde que llegó a la Ciudad Eterna.
Sería la tercera aparición pública desde la deportación del obispo, conocido por su inquebrantable defensa de los derechos humanos y dura crítica a la dictadura de Nicaragua.
Cabe recordar que el 15 de enero de este año se publicaron las primeras imágenes del obispo junto a otros sacerdotes desterrados mientras celebraban Misa en una iglesia de Roma.
Asimismo, el pasado mes de junio visitó la ciudad española de Sevilla (España) y también el Santuario de Covadonga, en Asturias.
¿Quién es Mons. Rolando Álvarez?
Mons. Rolando Álvarez, de 57 años, fue nombrado Obispo de Matagalpa en 2011 por el Papa Benedicto XVI. Su férrea defensa de los derechos humanos frente a los abusos del régimen —especialmente durante las manifestaciones civiles de 2018— le valió la persecución del dictador Daniel Ortega.
Mons. Álvarez fue obligado a permanecer recluido dentro de su casa episcopal desde inicios de agosto de 2022, junto a sacerdotes, seminaristas y un laico.
Dos semanas después, cuando casi se habían quedado sin alimentos, la policía irrumpió en la casa y se llevó secuestrado a Mons. Álvarez rumbo a Managua, la capital del país.
En medio de un cuestionado proceso, la dictadura lo condenó el 10 de febrero de 2023 a 26 años y cuatro meses de prisión, acusándolo de “traidor a la patria”. Desde entonces, fue recluido en la cárcel La Modelo, donde son enviados los presos políticos.
Un día antes de ser condenado, Mons. Álvarez se había negado a subirse a un avión en el que la dictadura deportó a más de 200 presos políticos rumbo a Estados Unidos.
Fue finalmente deportado a Roma el 14 de enero de 2024, tras la mediación del Vaticano, junto al Obispo de Siuna, Mons. Isidoro Mora; otros sacerdotes y seminaristas.