Este 17 de septiembre se celebran los 800 años de los estigmas de San Francisco de Asís, el primer santo, según la Enciclopedia Católica (EC), del que se tiene registro con estigmatizaciones. Por ello, les compartimos algunos impresionantes datos de 8 santos que recibieron este maravilloso y doloroso don.
1. San Francisco de Asís
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Cada 17 de septiembre la familia franciscana conmemora la fiesta de los estigmas de San Francisco que aparecieron en el santo en 1224. La EC señala que cuando el santo recibió estos dones lo acompañaba un hermano de nombre León, quien contó lo sucedido.
“Describe el costado derecho del santo como mostrando una herida abierta que se veía como si hubiera sido hecha por una lanza, mientras que sus manos y pies estaban atravesados por clavos negros de carne cuyas puntas estaban doblados hacia atrás. Después de recibir los estigmas Francisco sufrió dolores cada vez mayores en todo su cuerpo frágil”, indica la EC.
2. Santa Lutgarda
Pocos años después, en Bélgica, Cristo le concedió otro tipo de estigmas a una santa cisterciense de nombre Lutgarda. De acuerdo al Monasterio Cisterciense de San Clemente, en Sevilla (España), en 1235 ella quedó ciega tras rogar por vivir más profundamente la pasión del Señor.
Cierto día, Santa Lutgarda, rezando a su santa favorita Santa Inés, sintió que una vena que estaba por su corazón se reventó y la sangre se derramó hacia el exterior a través de una herida abierta en su costado. En otras ocasiones, sudaba gotas de sangre al pensar en la Pasión de Cristo.
3. Santa Catalina de Siena
La EC describe que hay dos tipos de estigmas, las visibles y las invisibles, en los que se padecen “los sufrimientos, sin mostrar señal externa alguna”.
Esto último le sucedió a Santa Catalina de Siena (1347-1380), laica dominica y gran Doctora de la Iglesia. Ella “comenzó teniendo estigmas visibles pero, por humildad, oró para que le fueran cambiadas por unas invisibles. Su oración fue escuchada”, afirma la EC.
4. Santa Rita de Casia
La EC señala que Santa Rita de Casia (1381-1457) tenía en la frente “una herida causada por una espina arrancada de la corona del Crucificado” y que el olor que se desprendía de allí era insoportable. Además, indica que esta es una excepción porque las heridas de los estigmatizados “no emiten olores fétidos”.
La web de vidas de santos corazones.org destaca que la religiosa agustina permanecía alejada de la gente y que cuando murió el estigma desapareció, quedando en su lugar “una mancha roja como un rubí, la cual tenía una deliciosa fragancia”.
5. Santa Catalina de Ricci
En 1542 la dominica Santa Catalina de Ricci tuvo un desposorio místico con Cristo en la Pascua de Resurrección. Según indica el dominico Fray Paulino Alvarez, más adelante Cristo le otorgó los estigmas, pero la de la lanza del costado se le apareció en el lado izquierdo “sobre el corazón” y era tan dolorosa que ella sentía que iba a morir.
El sacerdote cuenta que los que vieron los estigmas de la santa afirmaban que “las de las manos eran coloradas, tenían como un borde levantado y que en el medio se veía una cosa negra, redonda, como la cabeza de un clavo; y las de los pies tenían la carne hundida y desigual, en una parte baja y en otra alta, y que entre la carne y la piel se veían hilos de sangre, y que salía de ellas olor suavísimo”.
6. San Carlos de Sezze
La EC destaca que, a lo largo de este tiempo, otro santo varón que recibió estigmas fue San Carlos de Sezze. La colección de libros Año Cristiano de la Biblioteca de Autores Católicos (BAC) señala que este franciscano ostenta el título de “Serafín de la Eucaristía”.
En el libro se describe que cierto día el santo entró a la Iglesia de San José, que queda por la actual plaza de España en Roma, y participó de la Santa Misa. Cuando llegó el momento de la elevación “un rayo luminoso partió de la Hostia Sagrada hiriendo el costado del Santo hasta penetrar su corazón”.
Más adelante, precisa que la marca de la cruz quedó impresa en su corazón, el cual permanece incorrupto.
7. Santa Verónica Giuliani
La clarisa capuchina Santa Verónica Giuliani (1660-1727) es otra de las impresionantes místicas en la historia de la Iglesia. La web italiana de vidas de santos Santi e Beati indica que en 1694 la santa “recibió la impresión de espinas en la cabeza”.
Antes de morir, ella contó que imágenes de algunos elementos de la Pasión de Cristo habían aparecido en su corazón. Cuando se le hizo la autopsia, varios fueron los testigos del extraordinario milagro.
8. San Pío de Pietrelcina
De acuerdo al escritor Francesco Castelli, en el libro titulado El Padre Pío bajo interrogatorio: La autobiografía secreta, el santo recibió los estigmas el 20 de septiembre de 1918, tras celebrar la Eucaristía. De esta manera se convirtió en el primer sacerdote estigmatizado. Todos los anteriores fueron laicos y consagrados.
“Me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi Pasión'. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes", narró San Pío de Pietrelcina, según lo que refiere Castelli.
Para concluir, es preciso resaltar que existe una larga lista de santos y beatos que recibieron los estigmas. Además, es importante resaltar que esta puerta de gracia, concedida en su mayoría a mujeres, se abrió en la Iglesia Católica con el extraordinario San Francisco de Asís.