“La familia cristiana es el primer lugar de la educación en la oración”, aseguró Mons. Graziano Borgonovo, profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma y subsecretario del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, durante su intervención de este 12 de septiembre en el Congreso Eucarístico Internacional.

La autoridad vaticana además recordó que la familia refleja la imagen de Dios y que el matrimonio entre “el hombre y la mujer manifiestan con su realización, ya sea el amor que Dios les da, ya sea el amor que hay en Dios mismo”.

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“Habiendo elevado el Señor el amor entre un hombre y una mujer a signo eficaz, es decir a sacramento de su amor por la Iglesia, el deber educativo recibe del sacramento del matrimonio la dignidad y la llamada a ser un propio y verdadero ministerio de la Iglesia”, expresó Mons. Borgonovo.

Sin embargo, precisó que la institución familiar se encuentra en crisis, ya que “se pretende equiparar la unión existente entre un hombre y una mujer, unidos para la vida del matrimonio y que generan por su amor a los hijos por criar y educar, a otras formas de convivencia no equivalentes”.

Mons. Borgonovo sentenció que “la familia es fundamental”. Y agregó: “La familia de la Iglesia y la Iglesia de familias es verdaderamente la inmensa tienda eucarística en donde todos estamos invitados a unirnos a este gran sueño de una fraternidad redimida y sanada por el amor total de Cristo”.

La esperanza es Eucaristía: Camino al Jubileo 2025

El subsecretario del Dicasterio para la Evangelización intervino de nuevo hoy 13 de septiembre, para reflexionar sobre cómo la esperanza, que brota del sacramento eucarístico, une al Congreso Eucastístico Internacional y al Año Jubilar 2025 promovido por el Papa Francisco.

“Es Cristo Jesús, Nuestra Esperanza, presente en la Eucaristía, es la fuente de fraternidad para sanar el mundo”, aseguró. Además, añadió que la Iglesia Católica promueve con empeño el tema de la esperanza “en un mundo marcado por fuertes tensiones”.

“Vivimos un tiempo de grandes desafíos que inciden no poco en los comportamientos de enteras generaciones, debido al hecho de la conclusión de una época y al inicio de una nueva fase para la historia de la humanidad”, afirmó Mons. Borgonovo.

Asimismo, indicó que las sociedades actuales se enfrentan al peligro latente de la indiferencia religiosa, que conducirá inevitablemente a un “ateísmo de hecho”. Esto, remarcó, tiende a alejar a las personas “de su relación fundamental con Dios, creando un desierto interior, porque de hecho el hombre está cada vez más alejado de sí mismo”.

Ante este contexto, la autoridad vaticana puso de manifiesto la relevancia de promover la esperanza y potenciar la transmisión de la fe, tarea fundamental de la Iglesia Católica.

Por último, Mons. Borgonovo explicó que el Jubileo de 2025 será “una oportunidad de gracia y de renovación que hemos de aprovechar para nuestra santificación”.

“Caminando con la esperanza en Jesucristo, con la certeza de su presencia eucarística a nuestro lado, ya desde ahora sepan que son parte importante de este acontecimiento jubilar y que la Iglesia Universal les espera con alegría en Roma”, concluyó.