Ofrecemos la versión oficial facilitada por la Sala de Prensa del Vaticano del discurso pronunciado por el Papa Francisco durante el encuentro interreligioso con jóvenes en el Catholic Junior College de Singapur el 13 de septiembre de 2024.
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Tres de las palabras que han dicho me han impactado: «críticos de salón», «zona de confort» y «tecnología» como deber de usarla y también el riesgo de utilizarla. Este es el discurso que tenía preparado, pero ahora sigamos [espontáneamente].
La juventud es valiente y a la juventud le gusta encaminarse hacia la verdad. Abrirse camino, ser creativa. Y la juventud debe tener cuidado de no caer en lo que tú has señalado: ser «críticos de salón», palabras y más palabras. Sí, un joven debe ser crítico. Un joven que no critica no va por buen camino. Pero debe ser constructivo en su crítica, porque hay también una crítica destructiva; la de aquel que hace muchas críticas, pero no construye un camino nuevo. Les pregunto a todos los jóvenes, a cada uno: ¿eres crítico? ¿Tienes el valor de criticar y también el valor de dejar que los demás te critiquen? Porque si tú criticas el otro también te critica. Este es el diálogo sincero entre los jóvenes.
Los jóvenes deben tener el valor suficiente de construir, de avanzar y de salir de las zonas “confortables”. Un joven que elige siempre pasar su vida de manera “confortable”, es un joven que engorda. Pero no engorda su barriga, sino engorda su mente. Por eso les digo a los jóvenes: “¡Arriésguense, salgan! ¡No tengan miedo!” El miedo es una actitud dictatorial que te vuelve paralítico, te produce parálisis. Es verdad que los jóvenes se equivocan muchas veces, muchas, y sería bueno que cada uno de nosotros, cada uno de ustedes, jóvenes, pensara: ¿cuántas veces me he equivocado? Me he equivocado porque empecé a caminar y cometí errores en el camino. Y esto es normal; lo importante es darse cuenta de que uno se ha equivocado. Les hago una pregunta, a ver quién de ustedes me la contesta. ¿Qué es peor? ¿Cometer un error porque he tomado un camino, o no cometerlo porque me quedo encerrado en casa? Todos, ¡lo segundo! Un joven que no se arriesga, que tiene miedo de equivocarse es un viejo ¿Entienden? Ustedes han hablado de los medios de comunicación, hoy hay muchas facilidades, muchas posibilidades de utilizar los medios de comunicación, el teléfono móvil, la televisión. Les pregunto: ¿es bueno utilizar los medios de comunicación o no es bueno? Pensemos: un joven que no usa los medios, ¿cómo es ese joven? Cerrado. Y un joven que vive totalmente esclavizado a los medios, ¿cómo es? Es un joven desordenado. Todos los jóvenes deben utilizar los medios de comunicación, pero utilizar los medios de comunicación para que los ayuden a ir adelante, no para que los esclavicen. Understood? ¿Están de acuerdo o en desacuerdo?
Una de las cosas que más me ha impresionado de ustedes, los jóvenes, que están aquí, es la capacidad de diálogo interreligioso. Y esto es muy importante, porque si empiezan a discutir —“mi religión es más importante que la tuya”, “La mía es la verdadera, en cambio la tuya no es verdadera”—. ¿Adónde lleva todo esto? ¿A dónde?, que alguien responda ¿a dónde? [alguien responde: “A la destrucción”]. Y así es. Todas las religiones son un camino para llegar a Dios. Y, hago una comparación, son como diferentes lenguas, como distintos idiomas, para llegar allí. Porque Dios es Dios para todos. Y por eso, porque es Dios para todos, todos somos hijos de Dios. “¡Pero mi Dios es más importante que el tuyo!” ¿Eso es cierto? Sólo hay un Dios, y nosotros, nuestras religiones son lenguas, caminos para llegar a Dios. Uno es sijs, otro, musulmán, hindú, cristiano; aunque son caminos diferentes. Understood? Sin embargo, para el diálogo interreligioso entre los jóvenes se requiere valentía. Porque la juventud es la edad de la valentía. Pero mientras podrías tener esa valentía para hacer cosas que no te ayudarían, sería mejor tener valentía para avanzar y para el diálogo.
Una cosa que ayuda mucho es el respeto, el diálogo. Les diré algo. No sé si pasa aquí, en esta ciudad, pero en otras ciudades sí. Entre los jóvenes hay una cosa muy fea, que es el bullying. Les pregunto, ¿quién es el más valiente o la más valiente para decirme lo que piensa sobre el bullying? ―[algunos jóvenes responden]―. Me gusta, cada uno ha dado una definición con un aspecto diferente del bullying. Pero siempre, ya sea acoso verbal o físico, siempre es una agresión. Siempre. Y piensen, en las escuelas o en los grupos de jóvenes o de niños, el bullying se lo hacen a los que son más débiles. Por ejemplo, con un niño o una niña discapacitados. ¡Y nosotros hemos visto aquí ese hermoso baile con niños discapacitados! Cada uno tenemos nuestras propias capacidades y también discapacidades. ¿Tenemos todos capacidades? [responden: “Yes!”] ¿Y tenemos todos discapacidades? [responden: “Yes!”] ¿Incluso el Papa? Yes, all, all! Y así como tenemos nuestras discapacidades, debemos respetar las discapacidades de los demás. Do you agree? Y esto es importante; ¿por qué lo digo? Porque superar estas cosas ayuda en lo que ustedes hacen, el diálogo interreligioso. Porque el diálogo interreligioso se construye con el respeto a los demás. Y esto es muy importante.
¿Alguna pregunta?, ¿No? Quiero darles las gracias y repetir lo que nos dijo Raaj: nos ha dicho que hagamos todo lo posible por mantener una actitud valiente y promover un espacio en el que los jóvenes puedan entrar y dialogar. Porque vuestro diálogo es un diálogo que genera un camino, que marca el camino. Y si ahora dialogan como jóvenes, dialogarán también como adultos, como ciudadanos, como políticos. Y quisiera decirles algo que la historia nos enseña: que todas las dictaduras que ha habido, lo primero que hacen es cortar el diálogo.
Les agradezco estas preguntas y me siento contento de encontrar a los jóvenes, de encontrar a estos valientes, casi “sinvergüenzas”, ¡pero son buenos! Les deseo a todos ustedes, jóvenes, que sigan adelante con esperanza y que no retrocedan. ¡Asuman riesgos! De lo contrario, ¡les crecerá la barriga! God bless you and pray for me, I do for you.
Y ahora, en silencio, recemos unos por otros. En silencio.
Que Dios nos bendiga a todos. Y cuando pase algún tiempo y ustedes ya no sean jóvenes, se harán mayores y serán también abuelos; enséñenles todas estas cosas a los niños. God bless you and pray for me, don’t forget! But pray for me, not against!