La Conferencia Episcopal Boliviana compartió su preocupación e hizo un llamado a la acción ante los incendios forestales que se desarrollan por estos días en la región de la Chiquitanía y el Oriente boliviano.
Con el título “Escuchar el clamor de la tierra y el grito de los pobres”, la Iglesia Católica en Bolivia convocó al cuidado de la creación y de “nuestros hermanos que sufren la pobreza y las consecuencias del maltrato a la Madre Tierra”.
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Los primeros incendios forestales en Bolivia comenzaron a fines de junio, y se han expandido a varias regiones en las últimas semanas, en las que el humo cubrió prácticamente todo el país
El pasado sábado, el Gobierno Nacional decretó la Alerta Sanitaria por contaminación, con más de 6.000 casos que requirieron atención médica. Además, declaró la emergencia nacional, solicitando ayuda de la comunidad internacional, por lo que ya comenzaron a llegar brigadistas de Brasil, Venezuela, Chile y Francia.
En el departamento de Santa Cruz, la densidad del humo ha exigido la evacuación de familias en dos comunidades rurales y el cierre de aeropuertos. Además, en seis departamentos se determinó la suspensión de clases presenciales.
Ante esta situación, los obispos se refirieron al “desastre ecológico provocado por la mano humana, de consecuencias irreparables”, y exigieron “una respuesta pronta ante el daño del medio ambiente producido por la quema indiscriminada y los incendios en la Chiquitanía y en tantos lugares del Oriente boliviano”.
“No sólo es el daño a la Creación sino el daño a las personas que habitan esos territorios, debido a la destrucción de su hábitat y a la contaminación del aire con graves consecuencias en la salud humana, en especial de los niños y ancianos”, alertaron.
En ese sentido, exhortaron a las autoridades políticas responsables para que “actúen con rapidez y eficacia evitando así que esta catástrofe medioambiental y nacional vaya en aumento”.
“No sólo se trata de erradicar los incendios, sino también de ayudar a todas las personas que sufren a causa de esa situación y se ven afectadas en su economía y vivir diario”, expresaron.
Además de la acción, los prelados pusieron el foco en la necesidad de la prevención, porque “lo que está en juego es el futuro de nuestros niños y jóvenes”.
Por otra parte, recordando las palabras del Papa Francisco en Laudato si’, exhortaron a los responsables nacionales de la toma de decisiones y a todas las personas de buena voluntad a “reconocer la urgencia de nuestro desafío medioambiental”, y subrayaron la vulnerabilidad de las zonas más pobres.
“Nuestra Bolivia es una sola, y la mirada de las instituciones debe de ser no sólo de igualdad, sino de preferencia por aquellas regiones del país que necesitan más ayuda”, en este caso, el Oriente boliviano, sostuvieron.
Finalmente, renovaron su compromiso con las regiones que están sufriendo “este desastre medioambiental y nacional”.