“Cada ser humano posee destrezas, habilidades y competencias que debemos ayudar a desarrollar”. Bajo esta premisa de Mons. Fernando Chomali —hoy Arzobispo de Santiago— hace 10 años nacía en la Arquidiócesis de Concepción la Fundación Lavandería Industrial 21, un ejemplo de inclusión laboral, que emplea a personas con síndrome de Down.
La celebración de esta primera década se llevó a cabo el viernes 6 de septiembre en el Aula Magna del Arzobispado, y contó con la presencia de autoridades, colaboradores y familias que acompañan esta obra.
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Mons. Sergio Pérez de Arce, actual Arzobispo de Concepción, dio la bienvenida a los presentes, y enfatizó sobre la labor social de la fundación y su impacto para la región.
“El Señor nos llama a ser testigos de amor, a construir una sociedad más justa e inclusiva, donde cada persona tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente, y esta obra cumple esta función”, consideró.
Durante la ceremonia, el arzobispo fundador de la lavandería, Mons. Fernando Chomali, hizo un repaso por los inicios del proyecto y reconoció que sus 13 años al frente de la arquidiócesis fueron “de gran felicidad y mucho trabajo”, destacando que la lavandería, la Cafetería 440 y Casa Betania son “una fuente de profunda alegría”.
También tuvo la palabra la secretaria regional ministerial de Trabajo y Previsión Social, Sandra Quintana, quien se refirió a los avances en materia de inclusión laboral.
En ese marco, hizo mención de la Ley Karin, una normativa que busca garantizar espacios laborales seguros y libres de acoso, mediante acciones de prevención. Al respecto, señaló que esta ley es clave para facilitar la integración de personas con discapacidad, y ha permitido abrir nuevas oportunidades para muchos.
En la actualidad, se está trabajando para que los empleados de la Lavandería tengan su certificación, lo que significará un avance para ellos, señaló la coordinadora regional del Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales Chile Valora.
Para finalizar el acto, la madre de uno de los empleados de la fundación compartió su testimonio, destacando que este proyecto transformó la vida de su familia.
Por su parte, el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, eligió la palabra “dignidad” para definir esta obra social, por medio de la que hombres y mujeres “pueden demostrar que sí son capaces de trabajar y ser un aporte a la sociedad”.
La ocasión fue propicia para renovar el compromiso con la inclusión y la intención de seguir avanzando en ese camino.