El pueblo de San Jorge, ubicado en el corazón de Uruguay, fue el lugar elegido para instalar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una iniciativa de dos laicas que contó con el apoyo de la comunidad, con el anhelo de convertirse en un lugar de devoción para los fieles de todo el país.
La iniciativa surgió de la uruguaya Lucía Rodríguez, quien desde hace más de 30 años vive en España, y su hija Paula, quienes quisieron llevar al centro de Uruguay una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, tal como sucede en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de España.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La obra contó con el apoyo de la comunidad y fue llevada a cabo por el arquitecto Gerardo Barrabino. La imagen se ubica sobre un pedestal que incluye una mayólica de la Virgen de los Treinta y Tres, patrona de Uruguay.
En diálogo con el programa Hoy quiero hablarte, de Radio Oriental, Lucía Rodríguez detalló que la iniciativa cuenta con el apoyo del Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini, y de la comunidad del pueblo de San Jorge.
Sobre la obtención de la imagen, la mujer explicó “encontramos en Madrid un taller donde hay artistas que hacen imágenes religiosas, que tenían una réplica de la que hay en la Basílica de la Gran Promesa del Sagrado Corazón de Jesús, en Valladolid”.
“En ese lugar había estado el beato Bernardo de Hoyos y se le había aparecido Jesús y le mostró su corazón”, precisó.
Por su parte, el arquitecto Barrabino relató: “Desde que recibí la llamada de Lucía, a quien no conocía para nada, diciéndome que era una uruguaya que vivía en España y que quería ver si podía poner una imagen de Sagrado Corazón en el centro del país, nos pusimos a trabajar”.
“Lucía tuvo la idea del pedestal, yo fui más bien un constructor. Ella, de hecho, me mandó algunos croquis muy buenos sobre lo que se imaginaba. Intercambiamos ideas y ahí nos pusimos a pensar un tema fundamental: cómo construimos esta estructura en San Jorge, una localidad muy chiquita, que queda muy lejos de todo”, recordó.
“Ahí se nos ocurrió hacerla en acero corten, que se torna de color naranja pero no se corroe. El efecto queda realmente espectacular y dura muchísimos años y no requiere ningún tipo de mantenimiento”, señaló
Una vez finalizada la obra, Lucía y su hija Paula viajaron desde España a visitar a su familia, y desde ahí hacia San Jorge, lo que fue “toda una aventura”, aseguró.
“Ser recibidos por el Sagrado Corazón de Jesús, por el pueblo, que estaban todos muy contentos, las señoras celebrando, haciendo bizcochos para una merienda, galletitas... Fue como estar en familia”, describió. “Terminamos esa tarde rezando el rosario a los pies de la imagen. Fue un día muy lleno de bendiciones”, sintetizó la mujer.
En cuanto a la repercusión, sobre todo debido a la devoción que despierta el Sagrado Corazón de Jesús, el arquitecto se mostró “sorprendido del eco que tuvo esto”.
“Cuando me quise acordar había mucha gente que le tenía devoción al Sagrado Corazón, y que yo desconocía”, destacó.
“Es Dios el que en el fondo mueve a la gente”, afirmó Barrabino. Por eso, considera que San Jorge puede convertirse en “un foco de devoción importante”.
“San Jorge está en la ruta 100, que atraviesa el pueblo a la mitad y tiene unas manzanas a un lado y al otro. Y la ruta en el pueblo se transforma en bulevar, con un cantero muy amplio, lindo y cuidado. En una esquina está la capilla de San Jorge construida en 1917 o 1919. En esa esquina de la capilla, en el jardín, está el monumento, entonces se ve realmente de todos lados”, explicó.
La Misa, bendición y renovación de la consagración de Uruguay al Sagrado Corazón de Jesús será el próximo domingo 22 de septiembre a las 15:00 horas.
Allí, se pronunciará la consagración hecha en 1875 por el Beato Jacinto Vera, primer Obispo de Uruguay, cuya beatificación se celebró el 6 de mayo de 2023, que compartimos a continuación:
Corazón de Jesús:
Tú eres nuestro consuelo y nuestra esperanza.
Humildemente postrados en tu presencia, te pedimos perdón de nuestros pecados.
Proclamamos que queremos vivir y morir en tu servicio y corresponder dignamente a tus soberanos designios de misericordia en favor de la Iglesia y de la sociedad.
Te consagramos nuestras personas y nuestras familias, nuestros intereses y nuestros bienes, el presente y el porvenir.
Te rogamos, Señor, acojas benignamente nuestras plegarias por tu Santa Iglesia, por la conversión y salvación de los hombres, por la paz y prosperidad de nuestra patria y de todos los pueblos.
Amén.
¡Corazón Santísimo, sálvanos!
¡Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros!