Durante su segundo día de visita a Timor Oriental, el Papa Francisco se reunió con sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas. En ese encuentro, destacó el testimonio de un catequista de 89 años, quien, según el Santo Padre, “le hace la competencia a San Pablo” por su dedicación en la Evangelización.

En el encuentro en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Dili, la capital de Timor Oriental, Florentino de Jesús Martín compartió que comenzó su labor catequética en 1956, en una época sin transporte moderno. 

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Recordó que “tenía que caminar entre seis y diez kilómetros para dar la catequesis. En el camino, enfrentaba desafíos como la lluvia y los fuertes vientos, e incluso pasaba la noche en el trayecto”. No obstante, Florentino indicó que, a pesar de estos obstáculos, “nunca se desanimó y continuó su labor con la máxima responsabilidad, celo y dedicación”. 

El catequista expresó que para él “ha sido un gran orgullo y estoy sumamente agradecido a Dios y a Nuestra Señora por haberme concedido una larga vida y la oportunidad de participar en la evangelización durante 56 años”.

El Papa Francisco, conmovido por el testimonio de Florentino, se acercó para saludarlo y expresar su admiración, destacando que su dedicación era tal que “este le hace la competencia a San Pablo Apóstol”.

Catequista Florentino de Jesús Martín contándole su testimonio al Papa Francisco. Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News
Catequista Florentino de Jesús Martín contándole su testimonio al Papa Francisco. Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News

Rosa Sarmiento, religiosa de las Hijas de la Caridad Canossianas, compartió su perspectiva sobre el papel misionero del país, afirmando: “En el pasado, los misioneros venían de Europa para evangelizar Timor, y hoy en día, Timor va a evangelizar Europa y otras partes del mundo”.

Sarmiento destacó que Timor Oriental es “el país más católico del sudeste asiático” y un “oasis de vocaciones sacerdotales y religiosas.” De acuerdo a la religiosa, a pesar de ser un país joven —su independencia se declaró en 1975—, Timor Oriental cuenta con una población mayoritariamente joven, lo que augura un “futuro luminoso y prometedor” para la Iglesia y la nación.

Otro testimonio fue el del P. Sancho Amaral, sacerdote diocesano de 68 años con 39 años de servicio, quien compartió su experiencia durante la guerra de independencia de Timor Oriental. En su reflexión, destacó cómo esta vivencia reafirmó su convicción de que “Dios cuida de quienes llama y envía a cumplir su misión”.