“Una Iglesia argentina que nace en el corazón profundo de la Nación, entre los ríos Dulce y Salado, entre algarrobos, quebrachos, chañares y mistoles; y que, por caminos polvorientos, y recorriendo montes, llanuras y salinas, se expandió por todo el país anunciando la Buena Noticia del Evangelio a lo largo de los siglos”. Así describió Mons. Jorge García Cuerva, Arzobispo de Buenos Aires, el camino recorrido por la Iglesia Católica en Argentina, que este sábado, en la figura de los obispos de todo el territorio, regresó a su punto de partida, Santiago del Estero, para otorgar a esa porción del norte argentino el título de Sede Primada y reconocer así aquel primer anuncio del Evangelio, realizado allí en 1570.

La ceremonia de traspaso de la Sede Primada —título que hasta ahora ostentaba la Arquidiócesis de Buenos Aires— se realizó en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Carmen, ante una multitud de fieles que se acercaron para vivir este momento histórico.

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En palabras del Papa Francisco, este acontecimiento fue un gesto de “reparación histórica”, debido a que fue en el territorio de la actual Diócesis de Santiago del Estero donde un obispo, sucesor de los apóstoles, realizó el primer anuncio del Evangelio en el que luego sería el territorio Argentino.

La celebración estuvo presidida por el Nuncio Apostólico en Argentina, Mons. Miroslaw Adamczyk, quien tuvo a cargo la lectura de la bula pontificia donde se decreta el traspaso. Allí, se determina la elevación a Arquidiócesis, lo que convierte en Arzobispo Primado al obispo pro tempore, en este caso, Mons. Vicente Bokalic. 

El decreto aclara que la Arquidiócesis de Santiago del Estero continuará siendo sufragánea de la Sede Metropolitana de Tucumán, ya que la elevación al grado de arquidiócesis no implica que se convierta en metropolitana, tal como ocurrió en el pasado con la hermana Arquidiócesis de Mercedes-Luján.

La homilía de la Misa fue pronunciada por el Arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, quien también habló de una “reparación histórica y eclesiástica”, y se refirió a Santiago del Estero como “madre de ciudades” y “madre de diócesis”.

Recordando la figura de Santa Mama Antula, nacida en el territorio de Santiago del Estero, cuya canonización se celebró el pasado 11 de febrero, Mons. García Cuerva señaló: “Hoy hacemos el camino de vuelta, pero lo queremos recorrer como ella: descalzos y con el crucifijo”. 

“Descalzos de prejuicios y de intolerancias, descalzos de rencores y egoísmos, descalzos de miedos y enfrentamientos, descalzos y caminando con respeto y con cuidado porque entramos en tierra sagrada, en esta tierra fecunda que parió la Patria. Y con un crucifijo, porque como Mama Antula, queremos renovarnos en el anuncio del amor de Dios a todos los hombres y mujeres, de un Dios que nos ama tanto que entregó la vida por nosotros; por eso es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo”.

El nuevo Arzobispo Primado, Mons. Vicente Bokalic, expresó su agradecimiento al Papa Francisco por este “gesto profético”, ya que representa el deseo de la Iglesia de acercarse a las periferias, alejándose de los centros tradicionales de poder y confort.

En ese sentido, valoró el deseo del Papa de “reconocer a nuestro querido Santiago del Estero: lugar lejano, distante, bien tierra adentro como decimos habitualmente”. 

“La Iglesia también, urgida por el ejemplo y estilo de Jesús, siente permanentemente el llamado de salir hacia las fronteras, mirando la realidad no desde los centros sino desde las periferias, dejando lugares acomodados, de cierto confort, de mayores oportunidades e internarse en sitios más alejados, desconocidos y ninguneados”, aseguró.

Finalmente, subrayó el llamado a “ser signos de esperanza en medio de tanto desaliento, cansancio y pérdida de sentido”.

Al finalizar la ceremonia, la nueva Iglesia Arquidiocesana se encomendó a la protección de la Virgen de Sumampa, patrona de Santiago del Estero.