El éxodo de los cristianos iraquíes de su patria ancestral vuelve a ser noticia. Muchas familias están huyendo del país, buscando refugio en las naciones vecinas como escala temporal antes de dirigirse a destinos lejanos como Australia.
Algunos creen que esta nueva ola de emigración comenzó a finales de 2023 tras un trágico incendio en Bakhdida, en el norte de Irak. A raíz de ello, la desesperación y la frustración impregnaron a la comunidad cristiana. Sin embargo, el éxodo se ha vuelto alarmante, afectando incluso a los cristianos que residen en la relativamente segura región del Kurdistán.
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Las razones detrás de esta salida masiva van más allá de la búsqueda de oportunidades laborales seguras en el extranjero que garanticen una vida digna. Dentro de Irak, los cristianos lidian con numerosas crisis, incluyendo salarios retrasados, cortes de energía, escasez de agua y otros desafíos. Algunos buscan la ciudadanía en otro lugar para asegurar un futuro mejor para sus hijos, mientras que otros buscan reunirse con familiares en el extranjero en lugar de permanecer aislados en su país de origen.
En una entrevista con ACI Mena —agencia en árabe de EWTN News— la activista Basma Azuz explicó las razones detrás de esta trágica decisión.
“La emigración refleja un profundo conflicto entre la identidad y la patria frente a la búsqueda de seguridad y derechos. No siempre es un fenómeno negativo o un escape, puede ser la única manera de asegurar un futuro mejor. Este fenómeno es un derecho humano consagrado”, dijo.
Azuz atribuyó la continua emigración de Irak a complejos factores sociales, económicos, de seguridad y políticos, “además del miedo a la persecución contra la Iglesia”.
Y continuó: “La visita del Papa Francisco proporcionó un rayo de esperanza temporal para los cristianos. Sin embargo, el empeoramiento de la situación y el incumplimiento de las promesas por parte del gobierno han renovado el deseo de los cristianos de emigrar, especialmente entre los jóvenes. Buscan un futuro mejor lejos de los desafíos de su patria”.
“Los cristianos ven su futuro como incierto. Ven sus aspiraciones de seguridad, dignidad y derechos básicos como derechos humanos naturales”, concluyó Auz.
El activista Dilan Adamat, fundador de la organización no gubernamental “Retorno”, destacó los desafíos de la emigración en su conversación con ACI Mena.
“Como personas que hemos experimentado la emigración y el retorno, entendemos el sufrimiento de los inmigrantes en su nuevo entorno”, dijo Adamat.
“Aunque las razones actuales para la emigración son comprensibles, como la garantía de la educación, la salud, los derechos y los servicios, los cristianos iraquíes enfrentarán grandes desafíos en sus nuevos destinos”, explicó. “Encontrarán dificultades para adaptarse a nuevas culturas, entornos sociales y conceptos de crianza de los hijos”.
La ola de emigración cristiana no ha perdonado a ninguna ciudad de Irak, incluidas las de la región del Kurdistán, disolviendo la presencia cristiana hasta casi extinguirla. Las estadísticas no oficiales de la Fundación Shlama, que se centra en los asuntos cristianos, confirman que Irak ha perdido casi el 90% de sus cristianos en las últimas dos décadas, lo que refleja una profunda pérdida de confianza en un futuro mejor.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Mena.