De acuerdo a la Enciclopedia católica “Salmos, en griego clásico, significa el tañido de las cuerdas de un instrumento musical”. En este sentido, el Papa Francisco presentó al Libro de los Salmos, en junio de este año, como “una sinfonía de oración cuyo compositor es el Espíritu Santo”.

Por otro lado, el Catecismo de la Iglesia Católica indica que “un salmo puede reflejar un acontecimiento pasado, pero es de una sobriedad tal que verdaderamente pueden orar con él los hombres de toda condición y de todo tiempo”. 

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Es por ello que, en el mes de la Biblia, les compartimos 4 salmos que alientan a rezar y vivir con esperanza en los tiempos de hoy. La numeración que se sigue de ellos es la que presenta la Biblia publicada por el Vaticano con el título El libro del Pueblo de Dios.

1. En los momentos de miedo y angustia

En este 2024, al referirse a los salmos, el Papa Francisco indicó que cuando nos asalte el miedo y la angustia las palabras del salmo 23 “vienen en nuestro socorro”. De acuerdo a El libro del Pueblo de Dios se trata de un salmo del rey David. Allí se proclama la fe en el Señor aunque se camine por caminos oscuros.

“El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza”, cita el salmo 23.

2. Cuando hay llanto y sufrimiento

En una catequesis del 2020, el Papa Francisco también se refirió a los salmos. En su explicación el Pontífice señaló que “todos los dolores de los hombres para Dios son sagrados” y puso de referencia al salmo 56. Allí el salmista habla de sus lágrimas y termina con una promesa y un acto de confianza en el Señor.

“Recoge mis lágrimas en tu odre: ¿acaso no está todo registrado en tu Libro? Mis enemigos retrocederán cuando te invoque… Debo cumplir, Dios mío, los votos que te hice: te ofreceré sacrificios de alabanza, porque tú libraste mi vida de la muerte y mis pies de la caída, para que camine delante de Dios en la luz de la vida”, reza el salmo 56.

3. Ante el remordimiento y la culpa

Muchas veces se puede sentir remordimiento y culpa por las faltas cometidas contra el Señor. Por ello el Santo Padre propone que cuando uno experimente esto puede repetir con el rey David el salmo 51. 

“¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos”, clama el salmo 51.

4. Para sentirse unido a Dios

Los problemas de la vida pueden hacer que uno se perciba sólo y lejos de Dios, como en un desierto. Pero el Señor nunca nos abandona. Por ello, para recordar el fuerte vínculo que se tiene con Dios, el Papa Francisco anima a rezar el salmo 63.

“Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua. Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria. Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán. Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre”, proclama el salmo 63.

Para terminar, es importante resaltar aquello que indicó el Santo Padre en su audiencia y que puede ayudarnos a valorar más los salmos, tal como lo hicieron los grandes santos. “Tomen la costumbre de rezar los salmos. Les aseguro que al final serán felices”, afirmó el Papa Francisco.