Cada vez que el Papa Francisco emprende uno de sus viajes apostólicos en avión, el Vaticano envía un telegrama al gobernante del país sobrevolado como muestra de su cercanía y respeto, una tradición de la diplomacia vaticana que se realiza desde hace 60 años.
En la mañana de este viernes 6 de septiembre, el Papa Francisco puso rumbo a la ciudad de Port Moresby, la capital de Papúa Guinea, el segundo de los 4 países que visitará en su largo viaje por Asia y Oceanía.
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Nada más despegar del aeropuerto de la capital indonesia, Yakarta, el Vaticano difundió el telegrama enviado al presidente del país. Lo mismo ocurrió en el viaje de ida desde Roma hasta el Sudeste Asiático.
Al despegar del aeropuerto de Fiumicino el pasado 2 de septiembre, envió un mensaje al presidente de Italia y, a medida que el avión se aproximaba a su destino, se enviaron mensajes a los gobernantes de Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Turquía, Irán, Pakistán, India y Malasia.
¿Cuándo comenzó esta tradición?
El envío de los telegramas a los Jefes de Estado es una tradición que comenzó en 1964, con la histórica visita a Tierra Santa del entonces Papa Pablo VI, el primer Pontífice que surcó el cielo en avión.
Desde aquel 24 de mayo de 1964, se estableció esta práctica, cuyo objetivo también es bendecir a los ciudadanos, estrechar lazos de unión y expresar la buena voluntad del Santo Padre.
El telegrama suele ser enviado en el momento en el que el avión del Pontífice entra en el territorio aéreo de un país determinado, como gesto de cortesía y respeto hacia la soberanía del país.
El mensaje suele ser breve y habitualmente incluye un saludo del Papa, seguido de sus deseos de paz para la nación y sus habitantes. Además, en la mayoría de las ocasiones los gobernantes suelen responder al Papa y desearle buenos frutos para su viaje.
Algunas excepciones
Este protocolo no se cumple en todas las ocasiones y a lo largo de los años ha habido algunas excepciones debido principalmente a la ausencia de relaciones entre el Vaticano y algunos países.
Por razones diplomáticas, los telegramas del Papa Francisco a las autoridades chinas suelen ser muy genéricos e incluso se han llegado a evitar en alguna ocasión, ya que solamente se envía cuando sobrevuela una gran parte de su espacio aéreo.
En el caso de las zonas en conflicto, el Vaticano suele evitar esta costumbre para que los países no interpreten este gesto como una postura a favor de un bando u otro.