Una demanda presentada en Ontario (Canadá) a inicios de año acusa al P. Thomas Rosica, ex asistente de la Sala de Prensa de la Santa Sede para los medios de habla inglesa, de haber abusado de un sacerdote más joven hace más de dos décadas, una acusación que niega.

El P. Rosica fue director ejecutivo de la fundación católica de medios Salt and Light durante 16 años y un destacado escritor, conferencista y figura mediática antes de renunciar a varios cargos importantes en 2019, tras informes que indicaban que muchas de sus obras escritas contenían plagio. También ha dirigido la Universidad Assumption en Windsor, Ontario.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

En una demanda presentada ante la Corte Superior de Justicia en Londres, Ontario, el 1 de marzo, el denunciante afirmó que el P. Rosica “abusó, agredió y manoseó sexualmente” de él hace unos 24 años, mientras estaba en una posición de “autoridad y confianza”, y que la comunidad religiosa del sacerdote, la Congregación de San Basilio, “no tomó medidas para detener el comportamiento ni para proteger al demandante”.

En su declaración de defensa respondiendo a las acusaciones, el P. Rosica negó haber tenido “una relación personal cercana” con el demandante o haber “participado en una conducta inapropiada” en su contra.

Además, sostiene que los tribunales civiles no tienen jurisdicción sobre la denuncia porque tanto él como el demandante son sacerdotes ordenados y “los presuntos abusos ocurrieron mientras ambos realizaban tareas en nombre de la Iglesia Católica Romana” y, por lo tanto, “estarían regidos por el derecho canónico”.

“La corte debería remitirse al tribunal eclesiástico y su aplicación del derecho canónico”, indica la declaración del P. Rosica.

Sin embargo, el demandante, un sacerdote de 55 años identificado sólo por sus iniciales en la demanda, señaló a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que recurrió a los tribunales civiles después de concluir que la Iglesia no estaba tomando en serio sus inquietudes ni responsabilizando al P. Rosica por sus acciones.

El demandante, quien habló con CNA bajo condición de anonimato, afirmó que había compartido sus preocupaciones sobre el P. Rosica con su propio obispo en 2015 y con el superior religioso del presbítero acusado en 2023, pero que “perdió la confianza en que la Iglesia estaba tomando en serio sus preocupaciones”, sobre todo después de que el P. Rosica continuó en el ministerio y siguió siendo invitado a retiros en Canadá.

El demandante manifestó que, según su conocimiento, actualmente no existe ningún proceso canónico contra Rosica.

También señaló a CNA que había informado previamente lo que cree que es una falta de respuesta adecuada por parte de su obispo, a través de la herramienta de informes en línea de la Conferencia Episcopal de Canadá el 20 de marzo. Sin embargo, no ha sido contactado nuevamente después de que se le informó que su queja estaba siendo remitida al Nuncio Apostólico de Canadá y al Dicasterio para los Obispos en Roma.

El miércoles, CNA contactó a la oficina del obispo metropolitano de la jurisdicción del demandante, a la oficina del nuncio apostólico, y el jueves al Dicasterio para los Obispos, pero no recibió respuesta antes de la publicación.

Respuesta de la orden religiosa

En la demanda, de la cual CNA obtuvo una copia, el denunciante afirma que el P. Rosica fomentó una relación de mentoría con él cuando era un sacerdote nuevo a mediados de la década de 1990, una relación que continuó por varios años e incluyó contacto físico no deseado, como extensos abrazos, hasta que escaló alrededor del año 2000, cuando durante varios meses el P. Rosica “se expuso a él”, “manoseó y acarició” su cuerpo, “usó lenguaje sexualmente explícito” y “participó en otras actividades sexuales con el demandante”.

La demanda también alega que el P. Rosica pudo haber participado en comportamientos similares con otros.

Los Padres Basilianos, también conocidos como la Congregación de San Basilio, también son nombrados como demandados.

La demanda afirma que, como congregación religiosa del P. Rosica, “le otorgaron a Rosica una posición de respeto y confianza”, que “los basilianos sabían que Rosica tenía la propensión a participar en tales comportamientos desviados”, y que fueron negligentes al no investigar ni tomar medidas una vez que fueron “plenamente conscientes de sus fallos”.

En una declaración de defensa presentada ante el tribunal, los Padres Basilianos “niegan que el P. Rosica haya participado en una conducta inapropiada con el demandante” o que “hayan sido negligentes de alguna manera con respecto al demandante”.

La congregación sostuvo en su declaración que “el tribunal debería deferir al tribunal eclesiástico y su aplicación del derecho canónico”, ya que “la relación del demandante con la Iglesia Católica Romana, incluidos los basilianos, está regida por el derecho canónico y es completamente eclesiástica por naturaleza”.

Los Padres Basilianos también señalaron que el demandante “no tiene base para afirmar las acusaciones falsas” de que la congregación no tomó medidas para proteger a la presunta víctima o que “intentó encubrir el comportamiento de Rosica”.

Contactados por CNA, los Padres Basilianos se negaron a comentar sobre el caso, afirmando que la congregación tiene “fe en nuestro sistema legal y en el sistema de derecho canónico”. Un representante de la congregación también se negó a aclarar el estado actual del P. Rosica como sacerdote.

La congregación no quiso comentar sobre los informes del sitio web de noticias católicas The Pillar, que publicó por primera vez una noticia sobre la demanda el 28 de agosto, señalando que los Padres Basilianos suspendieron las facultades del P. Rosica para el ministerio sacerdotal en marzo.

En la demanda, la presunta víctima solicitó daños pecuniarios por más de 3,5 millones de dólares canadienses (2,6 millones de dólares estadounidenses), alegando “dolor y sufrimiento” y “angustia mental”.

“El P. Rosica cometió el abuso bajo el pretexto de su rol como maestro, sacerdote y consejero, y además con la intención de ayudar implícita o explícitamente en la carrera del demandante dentro de la Iglesia a cambio de los avances sexuales de Rosica”, dice la demanda. “Como resultado de las acciones de Rosica, la capacidad académica del demandante se vio afectada. Experimentó enfermedad física, emocional y espiritual en los meses posteriores al abuso”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.