Tras una peregrinación nacional que incluyó 19 departamentos y 350 municipios, el Señor de los Milagros de Buga culminó este domingo su visita a la capital de la República ante la presencia de 80 mil feligreses en la Plaza de Bolívar que participaron de la Misa presidida por el Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano Sáenz.
Durante la celebración eucarística en homenaje del Milagroso -que por primera vez en su historia abandonó la Basílica de Buga en procesión nacional-, el Cardenal Rubiano definió la histórica presencia del Señor de los Milagros en Bogotá, como el sello de un compromiso individual y colectivo hacia la reconciliación, la paz y el perdón entre los colombianos.
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“Cristo, vencedor de la muerte, afirmó el prelado, nos invita a participar de la resurrección de Colombia y a deponer sentimientos de odio y de venganza para reconstruir el país”, dijo el Purpurado.
De igual manera, el Cardenal afirmó que no se ama a Dios de verdad si se es “indiferente ante el sufrimiento y el hambre de los demás”, porque el deber de todo buen cristiano es el de responder, desde la conciencia, a las necesidades de nuestros semejantes.
Al tiempo que las brigadas de salud y emergencia evacuaban del recinto a docenas de personas víctimas de insolación, el Arzobispo pidió a los miembros del Gobierno a que trabajen por un país tranquilo, justo y sin discriminaciones.
Al señalar que el acontecimiento era una fecha memorable para Bogotá y la Iglesia, el Cardenal añadió que “no sólo debemos dar testimonio de fe sino que debemos transformar los corazones, abrirlos y comprometernos para que todos sirvamos al Señor a través de la ayuda a nuestros hermanos”.
Y para que el Milagroso obre el milagro de la paz, el Cardenal Rubiano pidió a la feligresía congregada en la plaza “acoger el perdón desde el núcleo familiar” y acoger al Señor de los Milagros en los hogares y sitios de trabajo con el objeto de que “seamos mensajeros del amor”.