El 5 de septiembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad. La santa recomendaba rezar una especial oración, escrita por un gran santo que se convirtió del anglicanismo al catolicismo, para ser como Cristo.

El diario oficial del Vaticano L’Osservatore Romano, en un artículo publicado en 2020, presenta unas palabras pronunciadas por el Limosnero Pontificio, Cardenal Konrad Krajewski, quien indicó que Santa Teresa de Calcuta recomendaba a sus hermanas una oración del Cardenal John Henry Newman, santo converso del anglicanismo, “para representar al mismo Jesús”.

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Dicha súplica es comúnmente conocida como “Oración para irradiar a Cristo”, y según el Santuario Basílica de Nuestra Señora de Montallegro, en Italia, la santa escogió esta plegaria “como la primera oración para recitar cada día después de la Sagrada Comunión”.

De acuerdo al Dicasterio para las Causas de los Santos, San John Henry Newman (1801-1890) antes de su conversión llegó a creer que el Papa era el anticristo. Fue ordenado presbítero anglicano y se dedicó a la educación universitaria, lo que le permitió profundizar en las verdades cristianas.

Más adelante se convirtió al catolicismo, se unió a la comunidad del Oratorio de San Felipe Neri y llegó a ser un gran cardenal defensor de la Iglesia fundada por Jesucristo.

En la oración, escrita por el Cardenal Newman y recomendada por Santa Teresa de Calcuta, el fiel pide a Cristo que entre por completo en todo su ser para que pueda ser como Él en el servicio al prójimo. A continuación la emotiva y profunda oración:

Querido Jesús,
ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que vaya,
inunda mi alma con tu Espíritu y tu Vida.
Penetra y posee todo mi ser, tan completamente que mi vida
no sea más que un brillante reflejo tuyo. 
Brilla a través de mí, y hazte tan presente en mí,
que cada alma con la que entre en contacto experimente
tu presencia en mi alma.
Que levanten los ojos y ya no me vean a mí, sino sólo a Jesús.
Quédate conmigo,
y entonces empezaré a brillar como tú brillas; 
brilla de tal manera que seas luz para los demás. 
La luz, oh Jesús, vendrá toda de ti; 
ninguna será mía. 
Tú brillarás sobre los demás a través de mí. 
Permíteme, así, alabarte de la manera que tú amas:
brillando con luz sobre los que me rodean. 
Permíteme proclamarte sin predicar, 
no con palabras, sino con el ejemplo, 
con un poder que atrae, 
con la influencia benévola de lo que hago, 
con la plenitud tangible del amor 
que mi corazón lleva por Ti. Amén
.