La madre del Cardenal Pietro Parolin, Ada Miotti Parolin, falleció el pasado 31 de agosto a los 96 años de edad en Italia.

Por ello, la autoridad vaticana ha tenido que abandonar Roma y trasladarse a la localidad italiana Vicenza, donde tendrá lugar el funeral a primera hora de la mañana del martes 3 de septiembre. 

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El Cardenal Parolin tenía previsto, como en ocasiones pasadas, acompañar al Santo Padre en su viaje de 11 días a Asia y Oceanía.

El Pontífice pone rumbo hoy al que será el Viaje Apostólico más largo de su Pontificado y está previsto que regrese al Vaticano el próximo 13 de septiembre. 

Debido al fallecimiento de su madre, del que informó “con dolor, pero en la fe de Jesucristo crucificado y resucitado”, el cardenal no podrá en esta ocasión viajar junto al Papa Francisco. El Vaticano aún no ha confirmado si el purpurado se unirá más adelante.

Según informó Vatican News, el Papa Francisco expresó su pésame y su cercanía con la oración.

Tras la celebración del funeral, la madre del purpurado será enterrada en el cementerio de Schiavo, en Vicenza. Asimismo, la familia agradeció a todos los que estuvieron “afectuosamente cerca de la querida Ada” y a los que asistirán al funeral, pidiendo “no flores, sino buenas obras”.

El viaje del Papa Francisco: un encuentro con China y el Islam

En la víspera de este extenso y esperado viaje, el Secretario de Estado señaló al medio vaticano que “la primera esperanza que el Papa Francisco lleva en su corazón es la del encuentro: conocer personalmente a las poblaciones de los países que visitará”. 

Según el purpurado, “se trata de volver a declinar el tema de la cercanía, de la proximidad que tanto caracteriza el estilo de su pontificado y del que los viajes apostólicos son una expresión relevante”.

Asimismo, destacó que la visita del Santo Padre Singapur, el último destino de este viaje, cuya población es mayoritariamente de etnia china, “constituye un lugar privilegiado para el diálogo con la cultura y el pueblo chinos en general”. 

Por su parte, la visita a Indonesia, al ser el país musulmán más poblado, “puede constituir una ocasión propicia para un nuevo encuentro con el Islam”.

“El encuentro directo, si se inspira en la búsqueda del bien común y no en intereses particulares y, al final, egoístas, puede abrir brecha incluso en los corazones más insensibles y endurecidos y hacer posible un diálogo respetuoso y constructivo” remarcó el cardenal.