El Papa Francisco se reunió este miércoles 28 de agosto con los miembros de la Conferencia Episcopal Latina en las regiones árabes, ocasión que aprovechó para denunciar la tragedia de la guerra, expresar su cercanía e invitar a mantener la esperanza.
“Oriente Medio vive momentos de fortísima tensión, que en algunos contextos desembocan en enfrentamientos abiertos y destellos de guerra”, señaló al inicio de su discurso.
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En este sentido, lamentó que la guerra, en lugar de encontrar una solución equitativa, “parece hacerse crónica, con el riesgo de extenderse hasta incendiar toda la región”.
“Esta situación ha causado miles y miles de muertos, enormes destrucciones, inmensos sufrimientos y la propagación de sentimientos de odio y resentimiento, que preparan el terreno para nuevas tragedias”, dijo a continuación.
Más tarde, el Papa Francisco les expresó su cercanía: “Que el Señor os dé siempre la fuerza para dar testimonio de vuestra fe en Él, también a través del diálogo respetuoso y sincero con todos”.
También les animó a mantener “encendida la esperanza”. “Sed vosotros mismos, para todos, signos de esperanza, una presencia que alimente palabras y gestos de paz, de fraternidad, de respeto”.
“Una presencia que, por sí misma, invite a la razón, a la reconciliación, a superar con buena voluntad divisiones y enemistades estratificadas y endurecidas a lo largo del tiempo, cada vez más inextricables. ¡Gracias por ser la llama de la esperanza allí donde parece apagarse!”, exclamó el Pontífice.
Por último, les invitó a asegurar “una adecuada formación cristiana a los alumnos de las escuelas públicas, en contextos donde la presencia cristiana es minoritaria”.
“Esta formación es de gran importancia, para que los contenidos de la fe sean conocidos y acompañados por la reflexión, y para que la fe, en confrontación con la cultura, se fortalezca y tenga los medios de dar razones para la esperanza cristiana”, concluyó.