La Hermandad Matriz de Almonte en Huelva (España), administradora de la historia devocional de Nuestra Señora del Rocío, peregrinará a Roma desde el 29 de agosto al 1 de septiembre.
ste viaje a la Ciudad Eterna se llevará a cabo para conmemorar el 31 aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II a la emblemática Ermita de El Rocío en 1993 y para celebrar el centenario de la obtención del título de “Pontificia”.
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El presidente de la Hermandad, Santiago Padilla, remarcó en conversación con ACI Prensa que el peregrinaje se realizará “con gratitud y filial afecto, por dos importantes acontecimientos de la historia del Rocío y de nuestra Hermandad, que tienen que ver con la cátedra de San Pedro”.
“Esta es una ocasión para hacer notar esta devoción a la Virgen, tan importante en España, y de refrescar y estrechar lazos con la jerarquía de la Iglesia, en los umbrales del Jubileo de 2025”, señaló.
Asimismo, indicó que a Roma viajarán un total de 112 personas de la Hermandad, coincidiendo también con una peregrinación del grupo joven de la Hermandad del Rocío de Sevilla, formado por otras 70 personas.
Cabe destacar que las hermandades son asociaciones públicas de fieles erigidas por sus obispos diocesanos para promover el culto a Dios a través de la devoción a la Virgen del Rocío, una de las más arraigadas en España.
La Romería de la Virgen del Rocío, conocida popularmente como “El Rocío”, es una de las peregrinaciones más importantes y populares del país, especialmente en Andalucía. Se celebra cada año en Pentecostés y atrae a cientos de miles de peregrinos de España y del extranjero.
Peregrinación a Roma
Padilla señaló a ACI Prensa que “siempre es importante para cualquier católico peregrinar a Roma, donde se encuentra el sucesor de Pedro en la tierra, y el epicentro de la cristiandad”.
“Más aún, siendo el responsable de una Hermandad con el significado de la Matriz de Almonte”, remarcó.
La primera actividad que se llevará a cabo tras su llegada a Roma será la proyección de la película “El Rocío. El amor de Andalucía a la madre de Dios” en el Centro San Luis.
Además, celebrarán el rezo de un Rosario público por las calles de Roma con el simpecado de Almonte (estandarte o insignia), hasta llegar a la imagen de la Inmaculada Concepción en la Plaza de España. Más tarde, los miembros de esta relevante Hermandad tendrán una recepción en la Embajada de España ante la Santa Sede.
En el programa de la peregrinación también se incluyen dos Eucaristías. La primera se celebrará en la Capilla de la Inmaculada de la Basílica de San Pedro y estará presidida por el párroco de Almonte y Rector del Santuario del Rocío, P. Francisco Miguel Valencia Bando. En ella participará además el coro juvenil de la Hermandad del Rocío de Sevilla.
La segunda Eucaristía se celebrará en la Basílica Papal de Santa María la Mayor y estará presidida por Mons. José Jaime Brosel, Rector de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat de Roma.
La Virgen del Rocío y el Rosario del Papa
La Hermandad andaluza informó además que desde el pasado 16 de agosto, la Virgen del Rocío sostiene en sus manos un Rosario del Papa Francisco, obsequio entregado desde el Vaticano por el P. salvador Aguilera López, Oficial del Vaticano.
Este es el segundo Rosario que un Pontífice entrega a la Virgen, ya que san Juan Pablo II también le regaló uno durante su visita al santuario el 14 de junio de 1993.
Histórica visita del San Juan Pablo II a la Virgen del Rocío
San Juan Pablo II llegó a la aldea de Almonte en helicóptero un 14 de junio de hace 31 años. De aquella histórica visita se recuerda especialmente el silencio de los miles de peregrinos mientras que el entonces Pontífice rezaba arrodillado ante la imagen de la Virgen tan querida por los andaluces.
“Aún me embarga la emoción al recordar aquel tórrido 14 de junio de 1993. Yo estaba en el exterior como colaborador de la Hermandad, con una inmensa multitud de más de trescientas mil personas”, expresó Santiago Padilla a ACI Prensa.
“Todo lo que ocurrió fuera del Santuario fue muy emotivo”, continuó Padilla. “Desde la aproximación de los helicópteros que lo trajeron desde Huelva, la llegada previa de los obispos, arzobispos y cardenales que lo acompañaban en autobús, como anuncio de su llegada”.
“La llegada a pie del propio Papa, en los escasos metros que hizo andando hasta el Santuario. Y, sobre todo, el momento en el que salió al balcón, el que hoy llamamos ‘el balcón del Papa’, tras bendecir los 89 simpecados de las hermandades que entonces existían”.
También recordó el momento en el interior del Santuario, cuando el Papa se postró ante la Santísima Virgen para rezar, “en un momento en el que el silencio se cortaba”.
“Y cuando salió al exterior, por el referido balcón, que fue el delirio”, resaltó el presidente de la Hermandad.
De aquel día siempre se recordarán las palabras que desde el balcón del Santuario pronunció el Papa Santo: “¡Qué todo el mundo sea rociero!”.