El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, señaló que los discursos políticos sólo tendrán fuerza si parten de “personas interiormente renovadas” que produzcan los cambios sociales.
“La renovación interior de las personas constituye el secreto para producir los cambios sociales necesarios. A ella va dirigido el empeño evangelizador de la Iglesia”, declaró el Arzobispo durante la celebración eucarística de este domingo.
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Según el Arzobispo, “el debate interminable, promovido por extensas sesiones de Cámaras Legislativas y por cónclaves políticos, no tiene éxito si no parte de personas interiormente renovadas. ¡Qué distancia nos separa aún de ese ideal de vida! Existe un anhelo confesado públicamente y traicionado en el intento de concretarlo. El protagonista del cambio sigue siendo un hombre viejo, aferrado a sus viejos hábitos, a sus indeformables malas costumbres heredadas”.
Durante su homilía, Mons. Castagna indicó que “para emprender el cambio auténtico se requiere un renacimiento, un despojo cercano a la muerte, la eliminación del egoísmo, que haga posible el paso del odio al amor, de la definitiva muerte a una nueva vida. Será posible el cambio si se inicia en el empeño de cada mañana. Ello implica un proyecto personal que enfrente lo aparentemente imposible con la fe puesta en el poder de la gracia de Dios”.
El Arzobispo correntino dijo que “todo hombre puede introducirse por el sendero de la fe en un entrenamiento que lo capacite para que la gracia de Jesús logre realizar lo que en el lenguaje corriente es considerado imposible”.
Congreso Eucarístico: acontecimiento de gracia
Y a pocos días de la celebración del X Congreso Eucarístico Nacional, el Arzobispo indicó la necesidad de “intensificar su orientación espiritual y confiar absolutamente en su virtud sobrenatural”.
“La inconsciencia dominante, en una mayoría de la mayoría católica de nuestro pueblo, causa un verdadero estremecimiento de pánico espiritual. El X Congreso Eucarístico Nacional aparece en un momento oportuno. La inconsciencia de la esencial referencia a Cristo ha ocasionado una inexplicable insensibilidad en los cristianos argentinos”, señaló.
“El Congreso debe ser, como lo venimos suplicando en la Oración Oficial: "el acontecimiento de gracia que nos devuelva a Jesús como autor de nuestra fe y de nuestro compromiso ciudadano", concluyó el Prelado.