El Papa Francisco explicó que la música en la liturgia no es algo ornamental, sino una parte importante y necesaria de la misma, durante su mensaje a los participantes de la 74° Semana Litúrgica Nacional en Italia.
El tema del evento, que se realiza del 26 al 29 de agosto, lleva como título “En la liturgia, la verdadera oración de la Iglesia. Pueblo de Dios y ars celebrandi”.
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En su mensaje, enviado a Mons. Claudio Maniago, Arzobispo de Catanzaro-Squillace y presidente del Centro de Acción Litúrgica, y firmado por el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, el Santo Padre se refirió a cuatro puntos para reflexionar sobre la liturgia como “verdadera oración de la Iglesia”.
1. La música y el canto en la liturgia
“La música en la liturgia no es un elemento ornamental sino una parte integrante y necesaria (Sacrosanctum Concilium, 112), que contribuye junto a los otros lenguajes de los que se compone la liturgia a la epifanía del misterio celebrado”, indicó el Santo Padre en el mensaje publicado por la Oficina de Prensa del Vaticano.
“En el canto, de hecho, los fieles viven y expresan su fe. San Pablo VI, con gran sabiduría escribía a tal propósito: ‘Si los fieles cantan, no desertan de la Iglesia, si no desertan de la Iglesia, conservan la fe y la vida cristiana’”.
En ese sentido, el Papa Francisco recomienda “un especial cuidado, en modo particular en la celebración de la Eucaristía dominical, recordando que con el canto, mediante el acuerdo de las voces, se expresa la unión espiritual de quienes se comunican, se manifiesta la alegría del corazón y se da luz al carácter comunitario de cuantos acuden a recibir la Eucaristía”.
2. El silencio en la liturgia
El mensaje del Papa Francisco alienta a “contrastar el frenesí, los rumores y los chismes, que nos incidían en la vida de cada día, valorando el silencio sacro, gesto elocuente, tiempo favorable y espacio fecundo para permanecer en el amor del Señor, cultivar una mirada contemplativa, dar profundidad a la oración y dejarse transformar por el Espíritu”
Con el silencio, prosigue, “la Iglesia se puede poner en escucha de Aquel que se revela en el ‘susurro de una brisa ligera’”.
3. La “coralidad” de la oración litúrgica
Sobre este aspecto, el Pontífice resalta la importancia de unirse “a la lengua materna de la Iglesia, para convertirse en un solo cuerpo y una sola voz”.
“La belleza de la verdad de la oración cristiana está justamente en esta trama de voces, que podemos justamente llamar coralidad. Toda oración cristiana es siempre de varias voces, como toda acción litúrgica es siempre de varias manos: estamos unidos a Cristo y en Cristo reencontramos a toda la humanidad”, continuó.
El Papa destacó que esta experiencia de la “coralidad” se experimenta con más intensidad “en la Liturgia de las Horas, que “aún merece esfuerzos para que se convierta efectivamente en oración de del pueblo de Dios”.
4. La promoción de la “ministerialidad litúrgica”
“La presencia de una ministerialidad diversificada, nutrida por la comunión en Cristo, alimenta la participación activa de la asamblea y promueve la corresponsabilidad en la misión, manifestando concretamente la naturaleza sinodal de la Iglesia”, resalta el Papa Francisco.
“Esta conciencia requiere un esfuerzo constante en la formación, para evitar personalismos y delirios de protagonismo, para así realizar un verdadero servicio a la comunión”, agregó.