El Papa Francisco recibió en la mañana de este lunes 26 de agosto en el Vaticano a los familiares de las víctimas de la explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut, capital del Líbano, en 2020.

Desde el Palacio Apostólico, el Santo Padre aseguró a los familiares que ha rezado “mucho” por las víctimas de esta grave explosión causada por el incendio en un almacén sin vigilancia donde se guardaba un cargamento de 2,750 toneladas de nitrato de amonio, y que causó 200 muertos y más de 4.000 heridos.

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En su discurso, el Pontífice posó su mirada en las personas que perdieron la vida y aseguró que “el Padre Celestial conoce sus rostros, uno a uno, están ante Él”, y recordó en especial a la “pequeña Alexandra”, víctima de esta tragedia. 

A continuación, hizo un llamado por “la verdad y la justicia” y remarcó que el asunto “es complicado y espinoso”, ya que sobre él “pesan poderes e intereses contrapuestos”.

“Pero la verdad y la justicia deben prevalecer por encima de todo. Han pasado cuatro años; el pueblo libanés, y ustedes en primer lugar, tienen derecho a palabras y hechos que demuestren responsabilidad y transparencia”, aseveró el Santo Padre.

Las palabras del Papa Francisco hacen referencia a la falta de claridad por parte de las autoridades, así como por la falta de ayudas y compensaciones a los familiares de las víctimas. 

Más tarde, el Pontífice mostró su cercanía a todos los que están sufriendo los efectos de la escalada de la guerra:  “Con vosotros siento el dolor de seguir viendo, cada día, morir a tantos inocentes, a causa de la guerra en vuestra región, en Palestina y en Israel, y el Líbano, que paga el precio”, lamentó.

“Con vosotros imploro desde el Cielo la paz que los hombres luchan por construir en la tierra. Os lo imploro por Oriente Medio y por el Líbano. El Líbano es, y debe seguir siendo, un proyecto de paz”, señaló el Santo Padre. 

Según el Santo Padre, la vocación de este país es ser una tierra “donde convivan comunidades diversas anteponiendo el bien común a las ventajas particulares, donde se encuentren en fraternidad religiones y confesiones diferentes”.

Asimismo, expresó la cercanía de toda la Iglesia y agradeció la ayuda que reciben de sus pastores. 

“No estáis solos y no os dejaremos solos, sino que seguiremos siendo solidarios con vosotros mediante la oración y la caridad concreta”, resaltó. 

Cabe recordar que unos días después de la explosión, el Papa Francisco realizó una donación de 250.000 euros a la Iglesia en el Líbano para atender las necesidades de los afectados.

“En vosotros veo la dignidad de la fe, la nobleza de la esperanza. Como la dignidad y la nobleza del cedro, símbolo de vuestra patria. Los cedros nos invitan a mirar hacia arriba, hacia el Cielo: en Dios está nuestra esperanza, la esperanza que no defrauda” señaló a continuación.

Por último, pidió que la Virgen María, desde su santuario de Harissa, donde se encuentra Nuestra Señora del Líbano, “vele siempre por vosotros y por el pueblo libanés”.