En siglos pasados el arte católico recogió una imagen singular de Jesús, que llegó a ser conocida como el “Cristo jesuita”. Se trata de una serie de cuadros que presentan al Señor vestido como un sacerdote vestido con el hábito negro de la Compañía de Jesús, la orden fundada por San Ignacio de Loyola.

El origen de la imagen se remontaría a las visiones que habría tenido la venerable española Marina de Escobar (1554-1633). Pero las pinturas que retratan a este “Cristo jesuita” o “Cristo de los Jesuitas” tienen además un propósito de enseñanza cristiana.

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Obras que remiten a la Eucaristía

En un artículo titulado El mensaje y enseñanza del Cristo de los Jesuitas, José Gálvez Krüger, director de la Enciclopedia Católica y miembro de la Sociedad Peruana de Historia, destaca que en las pinturas que presentan a “Cristo jesuita” lo vemos “con hábito talar. No se diga ‘traje’. Dígase hábito, es decir una característica constante de la personalidad”.

A través de las pinturas, que en ocasiones muestran a “Cristo jesuita” en medio del desierto, explica Gálvez Krüger, “el mensaje es muy claro, el religioso, el sacerdote debe apartarse y desapegarse de las vanidades del mundo (que lo distraen y con las que se tienta), tener en la mano solo la Sagrada Escritura”.

“La preparación espiritual, para vencer al demonio en su terreno sin temor, sin perder la serenidad, implica una ascesis profunda, como lo enseña Cristo”, añade en el artículo.

“Esas pinturas nos hablan del establecimiento del Sacerdocio. Cristo estableció el sacerdocio para poder permanecer entre los hombres. Y así, alcanzarles la Salvación por medio de su Iglesia”, indica.

A continuación, explica que “la Iglesia derrama la Gracia a través de los Sacramentos, que se celebran por medio de los Sacerdotes”.

“La pedagogía de las variantes de este tema pictórico enseña a todos, comenzando por los religiosos, que el sacerdote, sea cual fuera la Orden , ha de comportarse en su vida privada y ante los demás como otro Cristo, y no sólo cuando celebra los Santos Sacramentos”, precisa Gálvez Krüger.

“El conjunto de imágenes aludidas, remite a la Fuente de los Sacramentos, que es la Sagrada Eucaristía”, destaca.

El arte cristiano y su predicación de “la Luz, la Verdad y la Vida”

En declaraciones a ACI Prensa, José Gálvez Krüger advierte que “si el Arte no predica la Luz, la Verdad, y la Vida, no es Arte Cristiano. Esa es la tónica de todo el arte religioso hispanoamericano”.

“Teniendo como centro la Sagrada Eucaristía, se logró su triunfo eclesial, mediante el Arte, uniendo la imagen y la palabra. No hay Eucaristía sin el Orden Sacerdotal. El significado y la enseñanza de los llamados Cristos Jesuitas, no es ideológica: es mística y pastoral”, precisó.

“El arte jesuita —añadió— es el arte de la Cardiomorfosis”, un estudio dedicado al Papa Francisco “por ese apostolado de la conversión del corazón humano que ya era notorio en sus Cartas Pastorales como arzobispo de Buenos Aires. Ese es un tema históricamente jesuita”.

La Cardiomorfosis, explica el trabajo realizado por Gálvez Krüger, es “la conversión del Corazón humano según el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principio y fin de nuestra reconciliación penitente”.